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Cultural Salud


Ruidos que dañan la audición de los conductores

Ruidos que dañan la audición de los conductores
En una aglomeración de gente, como ocurre con las marchas, hablamos de 50 o 60 decibeles

Publicación:28-06-2020
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En grandes urbes, como la Ciudad de México, es clásico encontrarnos con ruidos superiores a los 90 decibeles

CIUDAD DE MÉXICO.- Todo el tiempo estamos expuestos a diferentes tipos de sonidos. Sin embargo, son los de mayor intensidad los que pueden generarnos un trauma acústico crónico (un tipo de alteración de la audición) si están presentes en nuestra vida de manera cotidiana durante largos periodos.
En grandes urbes, como la Ciudad de México, es clásico encontrarnos con ruidos superiores a los 90 decibeles, que ya es una cifra bastante considerable. En el caso de los automovilistas, en cuyos traslados pueden invertir una hora (si bien les va), llegan a desarrollar este tipo de afección en la edad adulta. Sin embargo, cada vez se está detectando en pacientes más jóvenes.
"Una vez que el paciente llega, nosotros (los especialistas) determinamos con los estudios audiológicos qué grado de trauma presenta y qué tipo. Estableciendo esto, hay en quienes todavía es recuperable, porque está en grado uno o dos. Pero después del dos, ya no es recuperable. Quedan con la secuela auditiva y tenemos que hacer uso de auxiliares auditivos o implantes, que no solo son para las sorderas profundas", explica en entrevista la doctora Silvia Ortiz Rodríguez, jefa del departamento de Audiología y Foniatría del Hospital Infantil de México 'Federico Gómez'.
De acuerdo con la especialista audióloga, otoneuróloga y foniatra, un claxon alcanza alrededor de 110 decibeles de intensidad. Si a eso le sumamos que estamos en un embotellamiento, todos esos vehículos aglomerados producen un ruido de unos 70 a 90 decibeles.
Y si, para colmo, vienes discutiendo con alguien dentro de tu coche, también es factible que se registren hasta 90 decibeles. "En una aglomeración de gente, como ocurre con las marchas, hablamos de 50 o 60 decibeles, si no es que más. O, si pasamos por un lugar donde esté una perforadora eléctrica, digamos que son unos 100 decibeles", detalla la también presidenta del Colegio Mexicano para Médicos Audiólogos, Otoneurólogos y Foniatras de la República Mexicana.
También es frecuente compartir la desesperación de una ambulancia o patrulla que no logra pasar pese al potente sonido de su sirena, el cual ronda los 100 decibeles. Mientras que una motocicleta también genera un centenar de decibeles.
"El simple hecho de ir manejando con los vidrios abajo nos expone a este tipo de sonidos. Si esta exposición es diaria y crónica, a la larga, vamos a tener problemas auditivos", advierte la doctora Ortiz Rodríguez, asesora clínica en implantes cocleares y de oído medio.
En este sentido, la experta asegura que las ventanillas sí hacen la diferencia ya que son "atenuadoras" de los sonidos. No obstante, "si traemos las ventanillas arriba, pero venimos con el aire acondicionado y el radio encendidos, de todos modos, nos estamos exponiendo al ruido.
"Lo importante sería que, cuando vayan a un lugar con mucho ruido, tengan que pasar por una zona de fábricas o cerca del aeropuerto, traigan las ventanillas arriba y el radio en un volumen bajo, es decir, no generen más ruido. Asimismo, es ideal que una vez al año, si no es que cada seis meses, se hagan un estudio audiológico completo. En el momento en el que tengamos algún dolor de oído, infección, mareo o vértigo, acudir al otorrinolaringólogo y al audiólogo para que determinen si no hay un daño a nivel del oído", añade.
Además, la también secretaria de la Junta de Gobierno del Consejo Mexicano de Comunicación, Audiología y Otoneurología, A.C. recomienda no gritarse al oído, no introducir objetos a los ellos y, por lo menos en casa, mantener los sonidos de televisiones, música, etcétera a volúmenes bajos o moderados. En el auto, aconseja vincular el celular al sistema de audio del vehículo y no a los audífonos manos libres, de manera que la exposición sonora no sea directa al oído.
Por último, la doctora Silvia Ortiz enfatiza que la Norma Oficial Mexicana de exposición al ruido expone que el límite máximo permisible es de 90 decibeles por ocho horas. Sin embargo, hay que considerar que el tiempo se reduce conforme se supere dicha marca. Por ejemplo, "si me expongo a 93 decibeles, con cuatro horas me estoy dañando. O, si es a 96, máximo puedo estar expuesta dos horas para evitar un daño".


« El Universal »