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Élida Almeida festeja al Palacio de Bellas Artes


Publicación:25-10-2019
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Agredece al público mexicano su recibimiento

En el marco de los festejos del 85 aniversario del Palacio de Bellas Artes, se presentó la cantante Élida Almeida con un repertorio tanto propio como de otros autores. 

      A las 20:00 horas de ayer miércoles su banda, compuesta por cuatro músicos, salió al escenario a ocupar sus respectivos instrumentos: guitarra, bajo, batería y teclado, de los cuales únicamente los dos últimos necesitaron micrófono; el resto ocupó un amplificador. 

      Después de sonar los primeros acordes, Almeida se presentó en el escenario con un largo vestido color salmón que la iluminación a veces hacía percibir entre naranja y rosa. Recibió el aplauso del público mismo que respondió con una sonrisa. 

      A pesar de su juventud —26 años de edad—, el escenario no le pesó; demostró un control total tanto del espacio como del público con el cual no le costó interactuar. Caminaba por el templete mirando y sonriendo a sus músicos, quienes le respondían de la misma manera. 

      Gracias a su carisma, la originaria de Cabo Verde rompió el esquema que generalmente se vive en el recinto cultural, invitando al público a unir sus palmas en cada compás e incluso cantar con ella algunas estrofas de sus piezas. 

Rompiendo la barrera del idioma 

Aunque el repertorio estuvo hecho con material de su propia autoría, la banda añadió algunas piezas en español como “Bésame mucho” y “Quizás, quizás, quizás”, que fueron bien recibidas por los asistentes al grado de cantar casi toda la canción junto con ella. La ecualización rasguñó la perfección permitiendo escuchar cada instrumento con notable claridad e incluso apreciando las voces corales interpretadas también por los músicos que acompañaron a la cantante. 

      Sin embargo, ultimada la cuarta pieza, la intérprete hizo un ligero ademán solicitando subir el volumen de su micrófono, lo cual la hizo salir del trance en el que se encontraba producto del sentimiento de su canto. 

      La interacción de Almeida con el público fue notable a pesar de hablar poco español, que a veces combinaba con portugués y criollo. Previo a cada pieza daba una pequeña introducción acerca de lo que hablaban sus temas como, por ejemplo, el recuerdo de algún exnovio o la violencia intrafamiliar. 

      Al final, el público no sólo aplaudió, también se levantó de su asiento contagiado por la emoción que Élida Almeida emanó durante toda la noche. “Muchas gracias México”, fue la frase que más repitió durante su recital en una velada que dejó tanto al público como a los intérpretes con un sentimiento gratitud mutua.



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