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Cultural Psicología


Comida confortable, un apapacho en la pandemia

Comida confortable, un apapacho en la pandemia
Número 2 en la lista de alimentos confortables: Pan dulce (pero también de todo tipo)

Publicación:06-08-2020
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Comer nos alivia cuando todo es incertidumbre y tenemos la certeza de que por lo menos podemos comer algo rico y sentirnos un poquito menos peor.

CIUDAD DE MÉXICO.- En tiempos inciertos todos necesitamos asirnos a algo, y en esta época de aislamiento social a causa del coronavirus, cuando lo más seguro e inteligente es quedarse en casa el mayor tiempo posible, es muy lógico que prácticamente todos hayamos vuelto la vista hacia la comida.
Comer nos alivia cuando todo es incertidumbre y tenemos la certeza de que por lo menos podemos comer algo rico y sentirnos un poquito menos peor. Por eso, no es de extrañar que el término comida confortable o "comfort food" haya vuelto a estar en boca de todos durante la pandemia .
Pero ¿qué es exactamente? Un artículo publicado en 2017, en el 'International Journal of Gastronomy and Food Science' (Revista Internacional de Gastronomía y Ciencias de la Comida) la define como aquella que "provee consuelo o un sentimiento de bienestar", es confort que podemos degustar, oler, tocar.
De acuerdo con la publicación, la comida confortable suele ser dulce o salada, pero casi nunca ácida o amarga (hay que decir que la parte ácida no aplica en México), y añade que son alimentos que asociamos con nuestra infancia o con la cocina casera y que tienen preparaciones sencillas o tradicionales.
Shira Gabriel, una profesora de psicología de la Universidad de Buffalo, dice, en un estudio de esa universidad, que la comida confortable se nos antoja más cuando nos sentimos solos, rechazados o deprimidos y que la idea es que nos ayude a combatir esos sentimientos.
Un dato curioso es que el artículo sugiere que las razones por las que las mujeres buscan consumir comida confortable son distintas de las de los hombres. Una mujer siente ganas de este tipo de alimentos cuando se siente culpable, deprimida o sola; mientras que para un hombre es más bien una 'recompensa al éxito'.
La publicación asegura además que la comida confortable apela a nuestro sentido de pertenencia. El psicólogo, maestro e investigador estadounidense Jordan Troisi, dijo a la revista 'Time', en 2015: "La comida confortable son los platillos que la gente asocia con relaciones muy cercanas. Es decir, conjuntamos mentalmente a un platillo en especial con un miembro de nuestra familia, con algunas reuniones significativas o con alguien que nos cuidó, por eso suelen ser platos muy caseros, que comimos en la infancia o en las fiestas".
¿Nos hace sentir bien?
Por otra parte, es probable que le demos más crédito a sentirnos bien al consumir comida confortable que el que en realidad merece. Un estudio de 2014, publicado en la revista 'Psicología Sana', de la Sociedad Estadounidense de Psicología, reveló que, al comparar dos grupos de personas que se sentían mal emocionalmente -el primer grupo consumió comida confortable, el segundo no-, los primeros reportaron sentirse mejor después de haberla consumido, sin embargo, en las mediciones científicas, su estado de ánimo no era distinto del grupo que no la consumió.
La conclusión del estudio es que los sujetos que participaron consumiendo comida confortable podrían estar atribuyendo la mejoría en el estado de ánimo a ello, cuando en realidad esos cambios hubieran ocurrido, comiéndola o no.
¿Y las calorías?
Otra cuestión importante con la comida confortable son las calorías. De acuerdo con el sitio web 'Vocal', mucha gente durante la cuarentena y el encierro provocados por el Covid-19 no solamente está comiendo más, sino más de las cosas que normalmente no comería.
Incluso, quienes son consumidores habituales de alimentos sanos y normalmente muy conscientes de lo que ingieren, se han dado permiso de comer manjares que no forman parte de su dieta cotidiana, mientras que otros han decidido despreocuparse por completo de contar calorías y comer lo que habitualmente evitan.
Por otro lado, ya que hay que evitar las visitas tan frecuentes al supermercado, las familias están comprando cosas que duran mucho tiempo en la despensa sin echarse a perder, como son sopas, atún y frijoles enlatados, que no son tan ligeros (ni sanos) como sus alternativas frescas y naturales.
La falta de ayuda doméstica también ha provocado un incremento en la compra de alimentos congelados pre-preparados y cajas de cereal azucarado, en lugar de legumbres y verduras frescas, pan integral o de grano y cereales más alimenticios.
En resumen, la pandemia, de una forma u otra, nos está llevando a comer alimentos no frescos, con conservadores, empacados y listos para comer, los cuales no son tan sanos.
Los snacks
Los chicos y los papás están en casa, y tanto en la escuela como en el trabajo, los horarios de comida están claramente definidos, pero en casa no. El resultado es que mucha gente acaba comiendo todo el día.
Y ¿qué comen? Snacks, chatarra, en su mayoría. Algunos se justifican diciendo que no pueden salir y que no tienen nada que hacer así que, por lo menos, comerán lo que les dé la gana. Además, el estrés a veces se manifiesta comiendo, por lo que hay quienes lo hacen continuamente como una forma de aliviarlo.
Los snacks salados más populares son los que llamamos papitas, como frituras de maíz, de papa o de harina de trigo, palomitas o nueces y semillas horneadas y saladas. Otros prefieren cosas dulces como galletas, chocolates o panecillos.
Estos alimentos son altos en calorías y bajos en nutrientes -con excepción de las nueces y semillas-, por lo que es muy importante cuidar que el consumo de estas colaciones no se nos vaya de las manos y se convierta en kilos de más.
Comida chatarra vs. comida confortable
La comida chatarra y la comida confortable no son lo mismo, la última no es siempre dañina, puede tratarse de alimentos sanos. Mucha gente, por ejemplo, considera a las sopas o caldos, o a frutas como el plátano o las manzanas, como comida confortable, y estos son ricos en nutrientes y buenos para la salud.
Por su parte, la comida chatarra nunca es sana. Precisamente se le llama chatarra porque su valor nutricional es bajísimo o inexistente y generalmente contiene muchas calorías vacías y grandes cantidades de azúcar, sal y/o grasas malas.
Si lo que para ti es comida confortable lamentablemente tiene muchas calorías, una buena idea es sustituir algunos de los ingredientes por otros más sanos. Por ejemplo, si tu comida confortable son las galletas de chispas de chocolate, puedes cambiarlas por otras de salvado; si el chocolate es tu perdición, puedes hacerte una taza de cocoa caliente con leche de almendras y extracto de vainilla endulzada con stevia.
Una experta cocinera sugiere hacer gelatinas light y combinarlas con unos dos o tres disparos de crema batida light, el sabor es decadente, pero las calorías pocas.
La mayoría de la gente ha reportado estar comiendo de más durante el encierro; hay que recordar que la comida confortable, la que realmente nos provoca un sentimiento de bienestar emocional y tranquilidad, no tiene por qué ser poco saludable o engordadora.
El mejor consejo es, sí, comer lo que te haga sentir bien, pero con moderación y que no se trate de alimentos cero nutritivos. Recuerda también beber mucha agua y hacer ejercicio.
Considera también que este estado de bienestar puede lograrse de otras maneras, como releyendo uno de tus libros favoritos o repitiendo una de tus series favoritas, no es una mala opción ¡piénsalo!
Comfort Food a la mexicana
En un sondeo, hicimos una lista de alimentos que los mexicanos consideramos como comida confortable:
1) Chocolate
2) Pan dulce (pero también de todo tipo)
3) Papitas o frituras con chile y limón
4) Helado
5) Sopa de fideo (o sopa de pasta, en general)
6) Caldo de pollo
7) Tequila, mezcal, cerveza y vino
8) Arroz rojo
9) Pies o pasteles
10) Tacos dorados de pollo
11) ¡Mariscos!
12) Té e infusiones de diferentes sabores
13) Pizza
14) Dulces con chile (tipo Pulparindo, Skwinkles o Pelón Pelorico)
15) Chilaquiles


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