En su clásica película "El Francotirador", el director Michael Cimino muestra la alegría de un grupo de jóvenes estadounidenses que está por unirse al ejército en la Guerra de Vietnam, sin embargo, al llegar al segundo acto, el director rompe la cinta por completo, exhibiendo la crueldad de la guerra y los efectos que provoca en los amigos.
Algo similar ocurre en "Yo Capitán", obra del italiano Matteo Garrone que está considerada para el Oscar en la categoría de Película Extranjera y que estrena esta semana en los cines de México.
La película cuenta el viaje de Seydou, un joven inocente que vive junto a su madre y sus hermanas pequeñas en Dakar, Senegal, pero que, pese a practicar las costumbres locales y profesarle amor a su familia, sueña con una vida del otro lado del Mediterráneo, en Europa.
Seydou es acompañado por su primo Moussa, otro joven todavía más soñador con una vida como artista en el viejo continente y quien se encarga de avivar la meta en la cabeza del indeciso y fraternal protagonista.
Si se mencionó a "El Francotirador" es debido a las similitudes encontradas, más en forma que en fondo, entre ambos relatos, pues la película también se rompe en dos para exhibir y separar la inocencia de la crueldad en la odisea del chico de 16 años.
Durante las primeras secuencias, Seydou es despertado por el jugueteo de sus hermanas, quienes se prueban pelucas y ropa colorida para una celebración en el pueblo; el chico mira a su familia reír y conversar como en cualquier otro día, mientras la banda sonora es armónica y la luz se filtra por los muros de la casa.
Pese a la calidez de los momentos, el chico parece dudar sobre esta vida, acto seguido, le miente a su madre diciéndole que irá a jugar fútbol con Moussa, pero en realidad va a trabajar en la obra para reunir más dinero, afín de acercarse más a su sueño.
Para cuando los primos emprenden el viaje, la película sigue vivaz y alegre, sin embargo, cuando entran al desierto, se apaga el melodrama para mostrar el riesgo de su recorrido, enseñando que los muchachos ya no están en casa y siguen muy lejos de Europa.
Garrone aborda el argumento con respeto, pues no tira de imágenes sobre la pobreza en Dakar y tampoco enfoca la crudeza en el imperdonable desierto del Sahara, sin embargo, sí llega a mostrar la crueldad humana en al menos una escena, cuando Seydou llega al mismísimo infierno, uno atravesado por millones de personas año con año fuera de la pantalla.
El cineasta cuenta el relato al mismo nivel que los protagonistas, la cámara recorre el espacio como si fuera un personaje más, pero cuando detona el segundo acto, la cámara está lejos, se distancia en planos generales que empequeñecen a Seydou frente a la empresa que decidió empezar.
"Yo Capitán" alcanza todavía más gracias a la actuación –la primera de su carrera– de Seydou Sarr, el Odiseo de esta historia, pues su rostro y voz ejemplifican la inocencia e ingenuidad de un chico que no pertenece a los lugares más inhóspitos del mundo, así como tantísimos jóvenes que aspiran a una vida mejor lejos de su hogar.
Pese a que el viaje del chico resuena cuán documental, la película se distancia del relato de Homero para plasmar la realidad de millones de sobrevivientes y soñadores, cuyas historias también deben ser contadas de este lado del mundo.
Director: Matteo Garrone
Reparto: Seydou Sarr, Moustapha Fall, Issaka Sawadogo