En 2022, el director Parker Finn estrenó "Sonríe", una película de terror convencional en la que recurrió a las técnicas más explotadas del género para espantar al espectador. Detrás de la sangre, efectos visuales y sustos efectistas, había una historia sobre los traumas de la infancia y los duelos irresolutos que perseguían a una frágil mujer en su vida adulta. Pese a que ´Rose´ se enfrentaba al monstruo acechante, el director decidió que sus intentos fueran en vano y la ´enfermedad´ continuara propagándose.
Dos años después, Finn vuelve para ambientar la secuela apenas unos días después del final de la primera parte. A través de un dinámico plano secuencia, ´Joel´ amenaza a dos traficantes con el objetivo de pasarles el demonio que lo atormenta. Luego de un frenético tiroteo, empieza la historia de ´Skye Riley´ una mujer muy diferente a ´Rose´, pero que es víctima del mismo mal inexplicable.
´Skye´ es una joven estrella pop que atraviesa la peor etapa de su vida, pues luego de sufrir la pérdida de su novio en un trágico accidente automovilístico, la intérprete cayó en las adicciones y su carrera se fue en picada. Víctima del dolor causado por el recuerdo y el choque, la joven busca refugiarse en los demás, pero parece que nadie está presente para ella y lo que empieza a estarlo, es todo menos un aliado.
Comprendiendo que debe expandir el relato, el cineasta narra una historia diferente, pero usando las mismas formas: abundan los planos detalle, espacios negativos, las secuencias de cabeza, sangre a borbotones, paneos, primerísimos planos y, anticipadamente, la banda sonora de Cristobal Tapia de Veer como un ruido estridente. Sin embargo, mientras la primera usaba a los personajes sólo para avanzar el argumento, esta película sí se adentra en la vida de ´Skye Riley´.
Mientras ´Rose´ pasaba de ser una terapeuta competente a víctima de una locura incomprensible, ´Skye´ ya lidiaba con el trauma y la presión desde tiempo atrás. Es una chica orillada al ostracismo por cada error que comete y mientras la anterior empezaba a distanciarse de sí misma luego de ´infectarse´ con la maldición, aquí, la chica ya era así. Con esta decisión, la película toma un rumbo más verosímil, generando simpatía entre audiencia y protagonista, sobre todo, gracias a la mejor actuación en la carrera de Naomi Scott.
Aún más, el director y guionista ofrece un vistazo del día a día de la industria musical: ensayos exhaustivos, vida solitaria, abuso de sustancias (y agua), una familia aprovechándose del éxito ajeno, el precio a pagar por la admiración de millones alrededor del mundo, todo desde una mirada de empatía.
Al emplear las mismas técnicas para espantar hasta el cansancio y dejando en claro que el peor de los males habita cada rincón de nuestra mente, Finn vuelve a recurrir a la crueldad a través de giros constantes para difuminar la verdad y la ilusión. Sin embargo, antes, la verdad salía a luz al finalizar la escena y ahora, el engaño se extiende susto a susto como un exhaustivo truco de magia que llega a perder la verosimilitud y la cercanía que se había construido.
Si el tratamiento de la fama parece real, las vueltas del guion de "Sonríe 2" pretenden no sólo asustar a la audiencia, sino confundirla tanto como a su protagonista, abandonando la crítica hacia la industria musical para concentrarse en las fantasías que ofrece el género de terror.
La reiteración de sustos fue la virtud de su antecesora, pero ahora es, junto al engaño, el peor defecto de esta segunda parte, pese a la madurez que alcanza gracias al realismo de su protagonista.
"Sonríe 2" ya está disponible en la cartelera de Monterrey.
Dirección: Parker Finn
Reparto: Naomi Scott, Rosemarie DeWitt, Lukas Gage, Ray Nicholson, Peter Jacobson, Dylan Gelula