Moana 2 — El techo de Disney

La nueva película de Disney llegará este jueves a las salas de cine de Monterrey

Hace unos años, cuando terminé de ver la secuela de "Ralph El Demoledor" me di cuenta de que Disney estaba produciendo cintas que, si bien expandían sus historias a través de un increíble despliegue visual y una construcción del mundo sumamente detallada, también repetían las narrativas que les funcionó anteriormente, como si empezara a vivir de sus viejas glorias para atraer a las mareas de audiencia en todo el mundo. Funcionó, pero tarde o temprano, la maquina iba a fallar y, sobre todo, a reiterarse sin parar.

Luego, con "Lightyear" y "Elementos", la tendencia alcanzó a Pixar y más recientemente, "Intensamente 2" se expandió, pero también repitió lo visto en su película anterior, contando un relato más cerebral y colorido, pero bastante similar a la primera parte. 

Ahora, ocho años después de la llegada de "Moana" a las salas de cine, Disney estrena la secuela, una que, nuevamente agranda su mundo, pero como el resto de ejemplos aquí listados, repite los temas y desatiende los arcos de sus personajes en favor del espectáculo. 

En esta segunda parte, la protagonista, ya convertida en toda una navegante de la isla Motunui, enfrenta una nueva amenaza, la ira de un dios llamado Nalo que hace cientos de años hundió una isla que enlazaba el resto de comunidades a través del mar. Ello supone un riesgo para el futuro de su gente y, de nuevo, Moana deberá embarcarse en una aventura por el océano con más peligros y más canciones. 

Mientras la heroína se prepara, Maui, el cómico semidiós que fue mentor de la joven en la cinta pasada, lucha contra Matangi, una villana al servicio de Nalo cuyas intenciones no son tan claras, pero que goza de la mejor melodía de esta segunda parte. El héroe queda atrapado y, otra vez, la joven tendrá que rescatarlo para enfrentar al temible dios de las nubes.

La expansión de Moana llega mediante nuevos y pintorescos personajes; si en la uno, la hija del jefe zarpaba en solitario junto a su gallo Hei Hei, en esta, no va sola y además, también la acompaña su otra mascota, el cerdo Pua. Aunado a esto, la película aumenta la cantidad de canciones y efectos visuales, contrastando con la relativa sencillez de la primera. 

Por ahí se leen comentarios de que esta producción iba a ser una serie para Disney + y, podría ser, ya que abarca demasiado y aprieta poco en una historia plana que no le suma mucho al relato de Moana, pero que podría alcanzarle para entretener a sus audiencias más jóvenes, además de que podría funcionar mejor si se contara por unos cuantos episodios.

Otro de los problemas que arrastra la cinta y el Disney moderno es el miedo al conflicto, a los puntos bajos y dramáticos de sus historias. En la película, luego de casi perder la vida en mar abierto, los héroes componen el ánimo con una canción motivacional y, cuando Moana se dispone a hablar con su tripulación sobre lo ocurrido, resulta que ellos se motivaron por su propia cuenta. Los problemas se resuelven sin más o ni siquiera están presentes en la pantalla. No se trata de que uno quiera ver muertes en una película, pero la falta de riesgos no le generan remembranza al espectador. 

Todos los clásicos de Disney tienen puntos bajos y situaciones realmente dramáticas, pero ahora todo se siente gratuito y superficial, un fallo constante en la industria del cine en el Hollywood contemporáneo, una que no ha aprendido que la creatividad nunca se va a encontrar con más secuelas y más franquicias.

Moana 2 quiere expandir su mundo y su historia añadiendo más de todo: más personajes, más colores, más chistes y sobre todo, más canciones, sin embargo, entre un océano de elementos, se queda a la deriva sin progresar su guion, evidenciando la falta de imaginación que Disney arrastra desde hace años.

Director: David G. Derrick Jr, Jason Hand y Dana Ledoux Miller 

Elenco: Auli´ i Cravalho, Dwayne Johnson, Alan Tudyk, Rose Matafeo, Hualalai Chung, Awhimai Fraser