Y promete mucho en factores clave como el rendimiento y la corrección de errores para conseguir el ambicioso objetivo final: allanar el camino hacia una computadora cuántica útil y a gran escala.
La computación cuántica es la «próxima frontera» y las grandes compañías están en plena carrera para posicionarse en una tecnología que revolucionará nuestro mundo las próximas décadas. Y hablamos de «décadas» porque aún falta mucho tiempo para resolver los problemas inherentes a esta arquitectura que, frente a la arquitectura de la computación tradicional capaces de adoptar valores de «1» o «0» la información se almacena en qubits (bits cuánticos) que pueden adoptar simultáneamente ambos valores (superposición) y con ello, conseguir realizar cualquier tarea de computación de manera exponencialmente más rápida que los sistemas actuales.
Google Willow, otro paso más
«El chip Willow es un gran paso en un viaje que comenzó hace más de 10 años», describe el fundador y director de Google Quantum IA, Hartmut Neven, en el anuncio de una investigación que firma junto a otros ingenieros de compañía en la revista Nature. Lo más interesante de lo descrito es que el nuevo chip de 105 qubits fue capaz de realizar en unos cinco minutos una tarea de referencia que el superordenador Frontier, uno de los más rápidos del mundo, tardaría mucho más tiempo en completar.
El científico habla de diferencias abismales entre ellos. Se trata de un «alucinante número que excede las escalas de tiempo conocidas en física y enormemente la edad del universo», dice Neven, apuntando a que han conseguido la llamada ´supremacía cuántica´. Un concepto que define cuando las computadoras cuánticas sean capaces de resolver una tarea informática que no se podría realizar con las computadoras actuales o el tiempo para hacerlo fuera disparatado. Hace años que los gigantes de la tecnología compiten en una batalla mediática por este concepto.
Los investigadores de Google también destacan la corrección de errores del chip y la capacidad de reducirlos exponencialmente a medida que va usando más qubits. «Hoy, en Nature, publicamos resultados que muestran que cuantos más qubits utilizamos en Willow, más reducimos los errores y más cuántico se vuelve el sistema», asegura el director de Google Quantum IA.
El nuevo chip Willow se ha creado en las nuevas instalaciones de fabricación de Google en Santa Bárbara, construidas desde cero para la fabricación de chips cuánticos. Google optimizó varios apartados clave, incluida la arquitectura del chip, la fabricación, el desarrollo de puertas, la calibración y otros, para lograr un mejor rendimiento y ser capaces de ir resolviendo problemas de base que afectan a esta tecnología, como los factores de interferencia que influyen en la capacidad de control y la fiabilidad de los qubits, tales como defectos de la temperatura, el electromagnetismo y el material utilizado.
«Es emocionante», no solo por el momento actual, sino por «hacia dónde vamos», resumieron los investigadores al anunciar este nuevo paso en computación cuántica.