Hay cientos de comedias románticas con temática similar a "El Tiempo Que Tenemos", sin embargo, pocas gozan de una química tan magnética como la que Andrew Garfield y Florence Pugh muestran en pantalla. La pareja de actores, junto a la edición a cargo de Justine Wright, cargan el peso de un melodrama sobre los altibajos del amor a través del tiempo.
Desde las primeras secuencias, el director John Crowley deja en claro que se trata de una historia no lineal, no para confundir sino para observar de cerca los momentos más nítidos de la relación entre Tobias y Almut, desde la atropellada manera en la que se conocieron hasta los puntos más bajos de sus vidas.
Almut, una competitiva chef de alta cocina, busca obtener el éxito en su carrera gastronómica sin reparar en su vida romántica. No busca una relación y tampoco piensa en tener hijos, sino en dejar un legado mayor, mientras que Tobias, un empleado de la empresa de cereales Weetabix, está pasando por un divorcio con la mirada puesta en el futuro. Si la chica tiene un carácter fuerte, él es más sensible, rasgos distintivos de sus personalidades, las cuales se complementan gracias a la dinámica entre los intérpretes.
Ello, junto a la edición de Wright, despliega una óptica poco vista en los últimos años del género. La cinta va de adelante para atrás y de atrás para adelante moviendo a la audiencia en situaciones diferentes, pero fáciles de reconocer, como la incómoda conversación sobre el futuro, las salidas entre amigos y las visitas familiares. La comedia de este dramático romance también funciona debido a la capacidad actoral de Garfield y Pugh, a cada diálogo hay un gesto, un rostro que reacciona perfectamente a lo que acaba de escuchar.
La fotografía obedece al tono de las escenas, pues mientras Almut y Tobias están juntos, la imagen se llena de luz, sin embargo, a la distancia, se vuelve opaca y se deslava, como si la chispa entre los dos se hiciera débil. En tanto que el montaje corta lo justo para "decirle" al espectador qué sentir y cómo responder a lo que está viendo. Aunque esto se ha visto incontables veces en la gran pantalla, ya casi no se aprecia en las comedias románticas.
Crowley aprovecha los primeros planos y los planos generales para narrar el relato, dejando la cámara quieta y emplea los cortes como si apreciáramos una serie entrañable de recuerdos, asomándonos a la pantalla como si fuera una ventana. Aunque el guion de Nick Payne funciona gracias al "desorden" narrativo –si no se contara así, sería indistinguible de cualquier otra cinta similar– este carece del drama rutinario que gozan y padecen todas las relaciones.
"El Tiempo que Tenemos" se concentra demasiado en los puntos clave de la relación, dejando de lado los episodios habituales a fin que el drama aparezca mediante una situación crítica, pero casi imposible de evadir. Teniendo estrellas tan carismáticas, el guion las desaprovecha para el clímax y entrega el acto más flojo de la película.
Pese a los tropiezos, se tiene una historia que se las arregla para conmover al público observándola. No cambia el paradigma, pero se aventura por caminos poco explorados en los romances actuales.
La comedia romántica de la temporada cuenta con la Garantía Cinépolis y llegará este jueves a los cines de Monterrey.
Director: John Crowley
Reparto: Andrew Garfield, Florence Pugh, Grace Delaney, Lee Braithwaite, Adam James, Douglas Hodge