Un libro sobre el peor de los futuros

Bazterrica precisa que trabaja el tema del ser humano como depredador

CIUDAD DE MÉXICO.-El planteamiento de que en ningún periodo de la historia el ser humano avanza en línea recta; que quizá la evolución como idea no implica lo que para ciertos ojos, los más civilizados, sería el progreso permea en "Las indignas", de Agustina Bazterrica (Buenos Aires, 1974), novela publicada por Alfaguara en 2023 y que, en días recientes, se presentó en Ciudad de México. No estamos yendo, a nivel colectivo, hacia un lugar, dice la escritora al reflexionar sobre una historia que ahonda en la peor de las pesadillas modernas: la distopía de un mundo colapsado entre la resaca de las peores guerras, el fin de los recursos naturales y la regresión hacia ciertas sociedades enajenadas y oscurantismo.
La reclusión de un grupo de mujeres en la Casa de la Hermandad Sagrada, secta que las somete en nombre de algo superior, algo aparentemente mayor y que las rebasa es el centro narrativo.
"La protagonista habla de que puede haber retrocesos o todo puede transformarse o terminar. Esto, en teoría, sucede en el futuro, pero parece que estoy hablando prácticamente de la época del medievo", explica Bazterrica.
"Es un poco pensar esto: por más que en Argentina, por lo menos, tengamos derechos ganados, sobre todo las mujeres, las cosas pueden tambalear con fuertes retrocesos si no seguimos reflexionándonos y luchando. Las indignas, además, tiene que ver con el presente, lo que le estamos haciendo a los ecosistemas y cómo estamos destruyendo y contaminando absolutamente todo".
Aunque en "Cadáver exquisito" el final alude al abuso de poder en la dictadura militar argentina, la trama de "Las indignas" fue pensada desde otro sitio, pese a que uno de sus ejes es la tortura y el cuerpo de la mujer como territorio de apropiación. "La represión, la opresión y la sumisión con las que durante siglos la religión católica acusó a tantas mujeres de ser brujas; las quemó por defender una idea. En la Inquisición, por defender un Dios, eran capaces de matar y torturar. Casi todas las torturas narradas en Las indignas se usaron en la Inquisición. Y hubo otras muchas peores de las que no escribí".
Añade que, al mismo tiempo que la amenaza de un retroceso civilizatorio está a la vuelta de la esquina, "un montón de personas están volviendo a querer conectarse con la naturaleza".
Bazterrica precisa que trabaja el tema del ser humano como depredador: "Esta cuestión de ser depredador porque somos animales con un sistema de creencias (si yo no tengo, te lo saco) y de violencias, asesinatos. Pero hay seres humanos que piensan, de manera más armónica, en la no depredación de los ecosistemas y la colaboración con los otros".