Madrid, España.- El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, anunció este lunes por la mañana que seguirá al frente del Ejecutivo español tras cancelar su agenda durante los últimos cinco días para meditar sobre su futuro en el Gobierno.
"He decidido seguir con más fuerza, si cabe, al frente de la presidencia del Gobierno de España", anunciaba Sánchez desde el Palacio de la Moncloa. Una decisión motivada "gracias a esa movilización social" de los últimos días, en referencia a las marchas y concentraciones que han tenido lugar este fin de semana en Madrid para solicitar que se mantuviera en el cargo. Concentraciones que congregaron a 12.500 personas el sábado, y 5.000 este domingo, según datos de la Delegación del Gobierno.
"Esta decisión es un punto y aparte, se los garantizo", enfatizó a la vez que aseguraba que seguirá realizando su trabajo "sin descanso, con firmeza y con serenidad por la regeneración pendiente de nuestra democracia y por la consolidación de derechos y libertades".
En su alocución, Sánchez reconoció lo inusual de haberse tomado estos últimos días para meditar sobre si mantenerse en el cargo o no. "Sé que la carta que les envié les pudo desconcertar porque no obedece a ningún cálculo político", decía, "pero hay veces en las que la única forma de avanzar es detenerse, reflexionar, y decidir con claridad por dónde queremos caminar".
También dedicó espacio a abordar la situación de crispación que vive actualmente la política española y "el acoso que desde hace 10 años sufre mi familia a cambio de presidir el Gobierno". Una campaña "de descrédito" que, en ocasiones anteriores, ha afirmado, lideran los partidos de derecha y ultraderecha y que define como "grave, pero podemos con ella".
Una campaña contra la que ha animado a la ciudadanía a actuar, a movilizarse "en una apuesta decidida por la dignidad y el sentido común; porque esto no va del destino de un dirigente en particular, eso es lo de menos, se trata de decidir qué tipo de sociedad queremos ser", apuntaba Sánchez.
Frente a esta tensión política, Sánchez culminaba su declaración con un pedido concreto para que la sociedad española se convierta en fuente de inspiración ante un momento convulso a nivel mundial donde "un movimiento reaccionario [...] aspira a imponer su agenda regresiva mediante la difamación y la falsedad, el odio y la apelación a medios y amenazas que no se corresponden con la ciencia y la racionalidad".
En su alocución, Sánchez reconoció lo inusual de haberse tomado estos últimos días para meditar sobre si mantenerse en el cargo o no. "Sé que la carta que les envié les pudo desconcertar porque no obedece a ningún cálculo político", decía, "pero hay veces en las que la única forma de avanzar es detenerse, reflexionar, y decidir con claridad por dónde queremos caminar".
También dedicó espacio a abordar la situación de crispación que vive actualmente la política española y "el acoso que desde hace 10 años sufre mi familia a cambio de presidir el Gobierno". Una campaña "de descrédito" que, en ocasiones anteriores, ha afirmado, lideran los partidos de derecha y ultraderecha y que define como "grave, pero podemos con ella".
Una campaña contra la que ha animado a la ciudadanía a actuar, a movilizarse "en una apuesta decidida por la dignidad y el sentido común; porque esto no va del destino de un dirigente en particular, eso es lo de menos, se trata de decidir qué tipo de sociedad queremos ser", apuntaba Sánchez.
Frente a esta tensión política, Sánchez culminaba su declaración con un pedido concreto para que la sociedad española se convierta en fuente de inspiración ante un momento convulso a nivel mundial donde "un movimiento reaccionario [...] aspira a imponer su agenda regresiva mediante la difamación y la falsedad, el odio y la apelación a medios y amenazas que no se corresponden con la ciencia y la racionalidad".