La decisión de Estados Unidos de vetar una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas respaldada por casi todos los demás miembros que exigía un alto el fuego humanitario inmediato en Gaza ha provocado fuertes reacciones en contrario de sus aliados.
La votación en el Consejo de 15 miembros fue 13-1, con la abstención de Gran Bretaña.
La postura aislada de Estados Unidos refleja una fractura cada vez mayor entre Washington y algunos de sus aliados más cercanos en relación con el bombardeo cada vez más mortífero de Gaza por parte de Israel. Francia y Japón fueron algunos de los países que apoyaron la resolución.
En un vano esfuerzo por presionar al Gobierno de Estados Unidos para que abandone su oposición a un alto el fuego, los ministros de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita, de otras importantes naciones árabes y de Turquía estuvieron en Washington el viernes.
Pero su reunión con el secretario de Estado, Antony Blinken, no estaba prevista hasta después de la votación de la ONU.
La votación también hizo recaer más directamente en Estados Unidos la responsabilidad de proteger a Israel de las crecientes demandas para que detenga los ataques aéreos que están matando a miles de civiles palestinos.
"¿Cuál es el mensaje que estamos enviando a los palestinos si no podemos unirnos tras un llamamiento para detener el implacable bombardeo de Gaza?", preguntó tras la votación el embajador adjunto de Emiratos Árabes Unidos, Mohamed Abushaha.
El embajador adjunto de Estados Unidos, Robert Wood, criticó al Consejo tras la votación por no condenar el ataque de Hamás contra Israel del 7 de octubre, en el que murieron unas 1,200 personas, en su mayoría civiles, ni reconocer el derecho de Israel a defenderse.
Declaró que detener la acción militar permitiría a Hamás seguir gobernando Gaza y "sólo plantaría las semillas para la próxima guerra".