El Gobierno francés rechazó ayer las críticas vertidas en la víspera por el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD) de Naciones Unidas, que denunciaba "graves problemas" de racismo entre las fuerzas de seguridad galas en el marco de la muerte del adolescente Nahel M. a manos de un policía en Nanterre y la consiguiente ola de disturbios en el país.
"Francia cuestiona estos comentarios, que considera excesivos y deplora el olvido del CERD sobre la injustificable violencia cometida en los últimos días contra policías, cargos electos, servicios públicos, comisarías, escuelas, centros sociales y asistenciales o incluso los ayuntamientos así como numerosos inmuebles", lamenta el Ministerio de Asuntos Exteriores francés en un comunicado.
Francia ya tuvo que salir al paso de las críticas por racismo vertidas por ONU el mes pasado, en esa ocasión desde la Oficina del Alto Representante para los Derechos Humanos.
Asimismo, Francia expresa su "incomprensión" ante "la falta de solidaridad y compasión con respecto a los funcionarios electos o representantes de las instituciones francesas que han sido objeto de ataques cuando son los actores centrales de la vida democrática francesa, así como con respecto a los 800 policías, gendarmes y bomberos heridos".
El Ministerio de Exteriores procede a tachar de "infundada" cualquier acusación de racismo o discriminación sistémica por parte de las fuerzas del orden en Francia.