Antes era fácil rastrear en Twitter información precisa sobre las elecciones de Filadelfia. La cuenta de los comisarios municipales que organizan las elecciones, @phillyvotes, era la única con la verificación azul, una señal de autenticidad.
Pero desde que la red social reformó el mes pasado la forma como otorga dicha verificación, la insignia desapareció. Eso ha complicado distinguir @phillyvotes de una lista de cuentas no administradas por la oficina electoral y con nombres muy similares.
La comisión electoral solicitó hace semanas la marca de verificación gris, el nuevo símbolo de Twitter que permite a los usuarios identificar cuentas gubernamentales oficiales, pero todavía no recibe respuesta de Twitter, señaló el vocero de la comisión Nick Custodio. No está claro si @phillyvotes es una cuenta de gobierno elegible bajo las nuevas normas de Twitter.
Eso es preocupante, dijo Custodio, ya que Pensilvania tiene elecciones primarias el 16 de mayo y la comisión usa su cuenta para compartir información importante con el electorado en tiempo real. Si la cuenta sigue sin verificarse, será más fácil suplantarla -y más difícil que el electorado confíe- conforme se avecina la elección.
Las cuentas de suplantación de identidad en las redes sociales están entre varias preocupaciones que tienen los expertos en seguridad electoral ante las elecciones presidenciales del próximo año. Los expertos han advertido que adversarios extranjeros y otros podrían intentar manipular las votaciones, ya sea a través de campañas en línea de desinformación o al hackear la infraestructura electoral.
Administradores electorales en todo el país han batallado para averiguar la mejor forma de reaccionar después de que el propietario de Twitter, Elon Musk, llevara al caos al servicio de verificación de la plataforma, dado que Twitter ha sido una de sus herramientas más efectivas para comunicarse con el público.
Algunos toman otras medidas permitidas por Twitter, como comprar insignias de verificación para sus perfiles o solicitar una etiqueta especial reservada para entidades gubernamentales, pero no todos los casos han sido exitosos.