El ejército de Israel anunció el domingo que detendrá los combates durante determinadas horas del día en una zona del sur de Gaza.
Esta medida busca aliviar el retraso en la entrega de ayuda humanitaria destinada a los palestinos que enfrentan una crisis humanitaria tras casi nueve meses de guerra.
La "pausa táctica", que se aplicará en una zona de unos 12 kilómetros en la región de Rafah, dista mucho del alto el fuego completo reclamado por la comunidad internacional, incluido Estados Unidos, el principal aliado de Israel.
La pausa comenzará a las 8:00 horas (0500 GMT) y se mantendrá hasta las 19:00 horas (1600 GMT), repitiéndose todos los días hasta nuevo aviso.
Esta medida está diseñada para permitir la entrada de camiones a través del cruce fronterizo de Kerem Shalom, el principal puerto de entrada de ayuda, y asegurar su llegada segura a la carretera de Salah a-Din, la principal vía que cruza Gaza de norte a sur.
El COGAT, organismo militar israelí encargado de la distribución de ayuda en Gaza, explicó que esta pausa incrementará la llegada de asistencia a otras partes del territorio, como Jan Yunis, la zona costera de Muwasi y el centro de Gaza.
La medida coincide con el inicio del Eid Al-Adha en Gaza y en el mundo musulmán y fue coordinada con Naciones Unidas y agencias de ayuda internacionales.
Un vocero de la gestión humanitaria de la ONU, Jens Laerke, acogió con agrado el anuncio de Israel pero señaló que "no ha entrado ninguna ayuda humanitaria por Kerem Shalom hoy", esperando que Israel agilice los procedimientos de revisión y permita la entrada regular de combustibles.
Mientras tanto, Israel y Hamás evalúan la más reciente propuesta de cese al fuego del presidente estadounidense Joe Biden, que enfrenta resistencias por parte de Israel y demandas inaceptables por parte de Hamás.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ha prometido continuar la guerra, y su gobierno ultraderechista se opone a un cese al fuego.
La pausa del ejército provocó controversias políticas en Israel, con Netanyahu calificando el plan como "inaceptable" y asegurando que no hay cambios en la estrategia militar, mientras los combates en Rafah continúan según lo planeado.
Los combates continúan
La guerra continúa su curso, con Israel anunciando el domingo la muerte de 12 soldados en ataques recientes en Gaza, elevando las bajas a 309 efectivos.
Hamás, por su parte, mató a 1.200 personas, en su mayoría civiles, en su incursión del 7 de octubre sobre el sur de Israel y capturó a unas 250 como rehenes.
Según el Ministerio de Salud gazatí, más de 37.000 palestinos han muerto en la guerra.
La ONU ha advertido que cientos de miles de personas en Gaza están al borde de la hambruna.
El líder de Hamás, Ismail Haniyeh, ha pedido más presión para abrir los cruces fronterizos, mientras que la terminal de Rafah entre Gaza y Egipto permanece cerrada desde que Israel invadió la ciudad.
Egipto se ha negado a reabrir el cruce bajo el control israelí.
El flujo de ayuda ha disminuido justo cuando más se necesita. Más de un millón de palestinos desplazados se concentran en el sur y centro de Gaza, viviendo en condiciones precarias.
Entre el 6 de mayo y el 6 de junio, la ONU recibió una media de 68 camiones con ayuda por día, muy por debajo de los 500 diarios necesarios.