Decenas de miles de israelíes se reunieron el sábado en una protesta contra un polémico plan del gobierno para reformar el sistema judicial, exigiendo que los cambios se abandonen en lugar de retrasarse.
Las protestas se han celebrado semanalmente durante la mayor parte del año y han continuado a pesar que el primer ministro Benjamin Netanyahu anunció en marzo que aplazaba las propuestas para alcanzar un acuerdo de compromiso.
Los organizadores de las protestas, que ya van por su 18va semana, afirmaron que quieren aumentar la presión sobre el gobierno de Netanyahu y los legisladores después que el Parlamento reanudó su trabajo esta semana tras un receso de un mes.
En Tel Aviv, centro comercial de Israel y epicentro de las protestas, los manifestantes sostenían una gran pancarta dirigida a Netanyahu en que se leía: "¡Nunca serás un dictador!".
El plan daría a Netanyahu, procesado por corrupción, y a sus socios de la coalición más dura de la historia de Israel la última palabra en el nombramiento de jueces. También daría al Parlamento, controlado por los aliados de Netanyahu, autoridad para anular las decisiones de la Corte Suprema y limitar la capacidad del tribunal para revisar las leyes.
El plan sumió a Israel en una crisis interna, abriendo grietas sociales de larga data y creando otras nuevas. Aunque la congelación de la ley alivió las tensiones, los aliados de Netanyahu le presionan para que siga adelante con la revisión.