El Ministerio de Exteriores de Venezuela, declaró que dos españoles, junto con tres estadounidenses y un checo, habían sido detenidos en Venezuela por presuntamente estar involucrados en un complot para derrocar al mandatario venezolano.
Según el funcionario, los detenidos tenían vínculos con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de España y planeaban actos "terroristas", incluido el asesinato de Maduro.
El ministro identificó a los detenidos como Wilbert Josep Castañeda, a quien describió como "militar activo" de Estados Unidos y "jefe" del complot.
También mencionó a otros dos estadounidenses, ya los españoles José María Basoa y Andrés Martínez Adasme, quienes estarían supuestamente involucrados en la operación.
En respuesta a estas acusaciones, el gobierno español negó categóricamente cualquier relación con los detenidos, asegurando que estos individuos no forman parte del CNI ni de ninguna otra agencia estatal española. Fuentes oficiales españolas también calificaron las afirmaciones de Cabello como infundadas y sin base en la realidad.
Las detenciones han aumentado la tensión diplomática entre Venezuela y España, en un contexto ya complicado tras la convocatoria del embajador español en Caracas por parte del gobierno de Maduro.
Además, Venezuela llamó a consultas a su representante en Madrid, lo que refleja el deterioro en las relaciones bilaterales.
Sin embargo, desde hace tiempo, las relaciones entre España y Venezuela han estado marcadas por desencuentros debido a la postura crítica del gobierno español hacia el régimen chavista y la situación de los derechos humanos en el país caribeño.
Este nuevo incidente parece agravar aún más el distanciamiento entre ambas naciones.
El gobierno venezolano ha intensificado sus esfuerzos por vincular a actores extranjeros en presuntos complots para desestabilizar el país, especialmente en momentos de alta tensión política interna.
Las acusaciones contra ciudadanos de España, Estados Unidos y otros países siguen este patrón, aunque hasta el momento no se ha presentado evidencia pública que respalde las afirmaciones de Cabello.
España, por su parte, reafirmó su compromiso con la estabilidad política en Venezuela y reiteró que sus relaciones internacionales se basan en el respeto a la soberanía de otros países.