Adicional a los beneficios al medio ambiente, los árboles coadyuvan a reducir la temperatura o sensación térmica hasta en 10 grados centígrados.
Una correcta reforestación permitirá eliminar las islas de calor, reducir la contaminación y mejorar la calidad del aire.
Ante ello, la Secretaría de Medio Ambiente compartió una serie de recomendaciones para el correcto plantado y cuidado de árboles en banquetas y camellones.
Elegir un espacio libre de tuberías o instalaciones eléctricas, y alejado de postes y luminarias, es punto clave.
Se debe cavar un cajete que sea 10 centímetros más profundo de la altura del cepellón (macizo de raíces y tierra de árbol), y un diámetro 2 a 3 veces del ancho.
En banqueta marcar un espacio de un metro cuadrado con una profundidad de 60 centímetros.
Además de asegurarse que la tierra sea de color café oscuro o mezclar con tierra negra de vivero, llenar el cajete de agua y esperar a que se absorba completamente antes de colocar el árbol, retirar la bolsa o contenedor cortando el fondo en forma circular, acomodar y centrar el árbol en el cajete y cortar la bolsa o contenedor de forma vertical para retirarla.
Por último, sin compactar la tierra, hay que regar el árbol justo después de plantarlo, llenar la alberca de 10 centímetros de profundidad que se dejó y esperar a que se absorba el agua.
El riesgo preferentemente debe realizarse entre las 18:00 horas y las 09:00 horas del día siguiente, y regar el jardín una vez por semana con agua de reúso, como la utilizada para enjuagar la ropa.
Su poda requiere de tramitar un dictamen técnico que justifique la intervención.
Para especies caducifolias, la época más adecuada es el invierno.
Eliminar ramas débiles, enfermas, rotas o secas que interfieran con el buen funcionamiento de otra infraestructura.
No obstante, hay que evitar podar más del 25 por ciento del follaje (1/4 de la copa) en un año, así como dejar ramas laterales con grosor de una tercera parte de la rama de donde se origina.
Si se requiere de la poda de más del 25 por ciento, realiza una primer poda correspondiente al 25 por ciento y deja reposar el ejemplar durante un año; una vez transcurrido este tiempo, se puede proceder a la poda del porcentaje restante sin que esto represente más del 35 por ciento de su totalidad.