SAN JOSÉ, Costa Rica.- Una red narcotraficante asociada a cárteles mexicanos que contrabandeó más de 15 toneladas de cocaína con lanchas rápidas y semi-sumergibles de Colombia a Costa Rica, Guatemala, México y Estados Unidos por el océano Pacífico, fue desarticulada por la policía colombiana en un operativo regional en coordinación con la Interpol y la DEA, agencia antidroga estadounidense, revelaron este sábado fuentes oficiales en Bogotá.
"Enviaban dos toneladas mensuales" de cocaína de Colombia a México y EU vía Centroamérica, informó este sábado el general José Luis Ramírez, director de la Dirección de Investigación Criminal (DIJIN) de la Policía Nacional de Colombia y de la filial en ese país de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol).
La DIJIN informó que capturó a cuatro colombianos de la cadena criminal que enfrenta solicitudes de EU de extradición: los hermanos Luis Enrique y Jorge Eliecer Rovis, Yesid Aranda y Nelson Andrés Giraldo, según la identificación oficial.
Sin dar detalles sobre las fechas de los arrestos, la DIJIN indicó que fueron realizados con apoyo de la Administración de Control de Drogas de EU (DEA, por sus siglas en inglés).
Los reportes policiales aseguraron que los cuatro llegaron a controlar "rutas narcotraficantes" del sur al norte de América para el suministro de cocaína. Colombia es el principal productor mundial de cocaína.
"Ellos usualmente utilizaban lanchas tipo ´Go Fast´ (rápidas) y semi-sumergibles" o versiones artesanales de submarinos fabricados en Colombia, relató el general Ramírez.
Las operaciones criminales fueron desplegadas en el Parque Nacional Natural Sanquiango, ubicado en una posición estratégica para el contrabando de drogas: sobre el litoral del Océano Pacífico y en el suroccidental departamento (estado) colombiano de Nariño, que es fronterizo con Ecuador.
"Desde allí (el Parque) enviaban los estupefacientes, aproximadamente dos toneladas mensuales de cocaína, hacia EU, donde sus socios de los cárteles mexicanos recibían el estupefaciente", precisó Ramírez.
Los cuatro capturados "están requeridos por el delito de tráfico de drogas ilícitas y son requeridos" por una corte federal de California, informó, sin aportar detalles sobre los cárteles mexicanos con los que están relacionados.
El reporte policiaco detalló que los cuatro fueron detenidos con órdenes de allanamiento de distintas partes de Colombia y trasladados a Bogotá, para que enfrenten los trámites planteados por EU ante las autoridades colombianas para tratar de lograr su extradición.
Un trillo o corredor marítimo del Océano Pacífico, que se extiende de las costas de Perú, Ecuador y Colombia a las de Centroamérica y México, comenzó a operar en el siglo XXI como ruta de escalas, reabastecimiento de combustible, entrega de drogas y servicios logísticos de las lanchas, semi-sumergibles y otras embarcaciones que transportan cocaína.
Colombia alertó, en enero de 2017, que a partir de 2014 detectó un aumento del ingreso a esa nación de narcotraficantes mexicanos que, encubiertos como turistas y empresarios, penetran a zonas productoras de cocaína de ese país a comprar narcóticos para exportar a México y EU.
El gobierno de Colombia detalló en octubre de 2020 que los cárteles de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación (CJNG), Los Zetas y el residuo o herencia de la cadena de los Beltrán Leyva están entre los más activos como compradores de estupefacientes a los productores colombianos.
Los cárteles mexicanos sufrieron el impacto del acuerdo de paz, vigente desde diciembre de 2016 y firmado en noviembre de ese año por el gobierno colombiano y las ahora disueltas guerrillas comunistas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para poner fin a más de 52 años de guerra.
Las FARC se convirtieron en el siglo XXI en uno de los más importantes vendedores de cocaína de los cárteles mexicanos. Las FARC negaron esos cargos.
Al desaparecer sus tradicionales vendedores colombianos por el retiro formal de las FARC de la narcoactividad, los cárteles de México desplegaron a un mayor número de mexicanos en Colombia para adquirir alucinógenos en otras fuentes criminales y garantizarse el acceso a la mercancía para suplir a EU.
Estudios de la (no estatal) Universidad del Rosario, de Bogotá, y de Insight Crime, agrupación no estatal de Colombia que indaga al crimen organizado transnacional, alertaron que, por efecto del pacto de paz, los cárteles mexicanos debieron acudir a 10 proveedores en ese país para adquirir 10 toneladas de cocaína, mientras que antes del acuerdo consiguieron la misma cantidad en un sólo productor.
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