CHILPANCINGO, Gro.-Desde el pasado domingo, unas 18 tiendas Oxxo cerraron por amenazas de extorsión del crimen organizado en Zihuatanejo, en la Costa Grande de Guerrero, donde casi todos los comerciantes son vulnerables a que grupos criminales lleguen a sus negocios y les exijan un pago para no ser atacados.
En lo que va del año, empresarios tortilleros, choferes de transporte público, dueños de casa de materiales para la construcción, hoteleros y el último caso, las tiendas Oxxo, han cerrado para evitar la extorsión.
El cierre de las tiendas de conveniencia comenzó la noche del domingo, con la sucursal ubicada en la plaza Kioto, donde ingresó un hombre armado exigiendo el pago de una cuota mensual. Los empleados se negaron; dijeron que no tenían acceso al dinero, y un hombre disparó contra una de las empleadas, a quien hirió en un brazo.
Después de este ataque, las 18 tiendas Oxxo de Zihuatanejo e Ixtapa cerraron por el temor de otro ataque, y hasta las seis de la tarde del martes, las tiendas seguían con las puertas cerradas.
La Secretaría de Seguridad Pública de Guerrero informó que fueron detenidas ocho personas presuntamente vinculadas con la ola de extorsión en Zihuatanejo, a quienes se les aseguró siete armas largas, 36 cargadores y 729 cartuchos.
A todos les toca
Sin embargo, la extorsión es un delito latente en Zihuatanejo. En mayo, tras el ataque y quema de dos unidades del transporte público, choferes suspendieron operaciones y casi cuatro días la ciudad se quedó sin servicio.
En esos mismos días, empresarios tortilleros cerraron los 50 establecimientos de venta por el mismo motivo: a sus negocios llegaron hombres para exigir un pago para no ser atacados.
En julio, otra vez los criminales intentaron extorsionar a los transportistas, pero esta vez la exigencia fue más hostil: asesinaron a un chofer y quemaron dos unidades. Los transportistas suspendieron el servicio nuevamente por falta de garantías.
El gobierno estatal anunció un operativo de militares y agentes estatales, por lo que los transportistas retomaron el servicio; horas después, en pleno centro de Zihuatanejo, hombres armados detuvieron una unidad, bajaron a los pasajeros y le dispararon en la cabeza al chofer.
Un transportista (quien pidió omitir su nombre por seguridad) explica que desde hace meses, las organizaciones criminales que operan en ese puerto les exigen una cuota diaria: "Si no quieres que te hagan nada, todos los días debes pagar, van y a cada organización y les cobran, el pago es por organización", precisa.
El transporte ahora está trabajando con regularidad sin ataques en casi un mes, aunque medios locales señalan que los transportistas tuvieron que llegar a un acuerdo con las organizaciones criminales para trabajar, lo cual fue descalificado por la gobernadora morenista Evelyn Salgado Pineda.
En agosto, por lo menos siete casas de materiales de construcción cerraron por la extorsión. "Estimados clientes, agradecemos su preferencia, nuestras instalaciones permanecerán cerradas temporalmente por cuestiones de seguridad", detallaron.
Un poblador cuenta que en Zihuatanejo los criminales extorsionan a casi todos los que ofrecen un servicio: a taxistas, a los que rentan las lanchas en playas, a operadores de máquinas pesadas, a hoteleros, a tortilleros, e incluso, controlan la venta de productos como la cerveza, refresco, pollo y carne. "Acá es así de fácil: si no pagas, luego luego te quieren quemar tu negocio", explica.
Este mes, la Marina tomó el control de la seguridad y el teniente Carlos Sedas Taracena quedó a cargo de la policía.
Toman el control
El crimen organizado ha afectado a varios sectores por extorsión:
Tortillerías
Transportistas
Hoteleros
Casas de materiales de construcción
Tiendas Oxxo
Lancheros
Operadores de maquinaria pesadas
También controlan los precios de:
Carne
Pollo
Pan y tortillas
Cervezas y refrescos