Un bombardeo israelí dejó alrededor de 37 muertos en una escuela de la ONU para repudiados palestinos, situada en la Franja de Gaza.
Tras ello, las fuerzas armadas de Israel aseguraron que las instalaciones del centro de estudios estaba siendo utilizada como una base de operaciones de Hamás y que el ataque dejó "varios terroristas muertos".
Además, aseguraron que el sitio estaba siendo ocupado por "terroristas de Hamás y de la Yihad Islámica que habían participado en el ataque mortífero de las comunidades del sur de Israel el 7 de octubre", ofensiva que dejó más de mil muertos.
Por su parte, el hospital Mártires de Al Aqsa, ubicado cerca de Deir Al Balaj informó que recibió a 37 víctimas de ataque contra la escuela de la Organización de las Naciones Unidas.
Previamente, los directivos del centro médico acusaron que uno de sus generadores eléctricos sufrió una avería, situación que agravaba el tratamiento de heridos en el lugar.
Desde el inicio de este conflicto reciente entre Israel y Hamás, sociedades civiles, organizaciones y países lo han calificado de ser "una catástrofe humanitaria", mientras que dirigentes piden una investigación urgente sobre este último bombardeo.
"Esta espantosa noticia debe ser investigada de forma independiente, de acuerdo con la última orden de la Corte Internacional de Justicia", señaló Josep Borrell, jefe de diplomacia de la Unión Europea, a través de una publicación en su cuenta de X, antes Twitter.
A ocho meses de que iniciaron los ataques israelíes, descritos como parte de "genocidio", se han reportado más de 35 mil palestinos asesinatos en Gaza.