El presidente de Polonia, Karol Nawrocki, firmó una resolución que autoriza la presencia de tropas de los Estados miembros de la OTAN en su territorio, como parte del programa Centinela del Este ('Eastern Sentry') anunciado recientemente por la Alianza Atlántica.
La medida busca reforzar la defensa del país ante crecientes tensiones en el flanco oriental.
Según el documento publicado ayer, la resolución permite la llegada de "un componente de fuerzas extranjeras" para fortalecer la seguridad polaca.
La OTAN informó que el despliegue comenzará en los próximos días e involucrará activos de Dinamarca, Francia, Reino Unido, Alemania y otros aliados.
El lanzamiento de la operación Centinela del Este ocurre en paralelo a los ejercicios militares conjuntos entre Rusia y Bielorrusia, denominados Západ-2025, que se desarrollan del 12 al 16 de septiembre en territorio bielorruso.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, advirtió que Bielorrusia podría enfrentar "medidas especiales" y acusó a Moscú y Minsk de simular un ataque en lugar de una defensa.
Antes de este incidente, Polonia ya había cerrado su frontera con Bielorrusia el 11 de septiembre por motivos de seguridad vinculados a las maniobras militares.
Desde el Kremlin, sin embargo, subrayaron que los ejercicios buscan fortalecer la cooperación militar entre Rusia y Bielorrusia y que no están dirigidos contra ningún tercer país.
El detonante de esta escalada fue la supuesta violación del espacio aéreo polaco por 19 drones rusos el miércoles pasado, de los cuales tres fueron derribados, según autoridades de Varsovia.
El incidente provocó declaraciones de líderes europeos y promesas de enviar sistemas militares para reforzar el flanco oriental de la OTAN.
Por su parte, Rusia negó la implicación en ataques contra Polonia y aseguró que el alcance máximo de los drones utilizados no supera los 700 kilómetros.
La Cancillería rusa calificó de "mitos" las acusaciones y señaló que Varsovia busca agravar la situación en torno a Ucrania.
Además, Vasili Nebenzia, representante de Rusia ante la ONU, acusó a Ucrania de intentar expandir la geografía del conflicto con Moscú.
El incidente generó división en la comunidad internacional: de los 193 miembros de la ONU, solo 46 firmaron una declaración conjunta sobre la implicación de Rusia, incluyendo a países como Austria, Bélgica, Reino Unido, Alemania, Estados Unidos, Francia, Japón y Ucrania.