El presidente Javier Milei, ha polarizado aún más el ya turbulento panorama político del país al referirse a la reciente ola de violencia como una lucha entre la libertad y el terrorismo.
Las declaraciones del mandatario se dieron tras la aprobación por el Senado, por un estrecho margen de 37 votos a 36, de un paquete de profundas reformas económicas impulsadas por su administración.
La votación finalizó el jueves 13 de junio, tras intensos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.
Milei felicitó a su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, por la represión de las protestas, calificando la acción policial como un símbolo de libertad y describiendo a los manifestantes como grupos terroristas intentando perpetrar un golpe de Estado.
Desde la tarde del miércoles, miles de personas se congregaron alrededor del Congreso en Buenos Aires, enfrentándose con la policía antimotines en un país que aún tiene abiertas las heridas de una dictadura militar que gobernó de 1976 a 1983.
El sociólogo y politólogo Franco Gamboa advirtió que la polarización discursiva de Milei, al tildar de terroristas a los manifestantes, estigmatiza peligrosamente las protestas. "Los conflictos violentos son típicas reacciones sociales del populismo", explicó Gamboa.
En un evento del Instituto Cato, Milei reafirmó su postura, señalando que Argentina se enfrenta a una bifurcación entre la decadencia y la libertad.