A solo 10 días de las cruciales elecciones presidenciales, Kamala Harris y Donald Trump recorren estados clave en un esfuerzo por captar votos.
Durante el penúltimo fin de semana de campaña, ambos candidatos se encontraron en Míchigan, un estado considerado vital en el denominado "muro azul", que incluye a Wisconsin y Pensilvania, y que podría definir la contienda del 5 de noviembre.
Por lo que frente a los ataques de Trump, Harris optó por centrarse en un tema que podría debilitar a los republicanos: el derecho al aborto.
Durante una visita a un consultorio médico en la localidad, conversó con médicos y estudiantes de medicina sobre las consecuencias de las decisiones de la administración Trump.
En todo el país, al menos 38 millones de electores han votado anticipadamente, lo que añade presión a ambos candidatos en estos días decisivos.
La campaña de Harris ha centrado parte de su estrategia en atraer a los votantes republicanos moderados, quienes se han distanciado de la retórica agresiva de Trump, quien ha calificado como "enemigos" a algunos estadounidenses.
Un momento destacado de la campaña fue la aparición de Michelle Obama en el mitin de Harris en Kalamazoo, Míchigan, donde la ex primera dama mostró su apoyo a la vicepresidenta.
Esta acción se suma a la participación de Barack Obama, quien acompañó a Harris en un evento en Georgia, lo que indica un esfuerzo concertado por movilizar a los votantes demócratas en los estados clave.
El domingo, Harris tiene programada una visita a Filadelfia, en Pensilvania, donde la ciudad y el estado en su conjunto cuentan con el mayor número de colegios electorales, lo que los convierte en piezas clave para una victoria electoral.