Hagamos memoria. En el siglo pasado las elecciones eran organizadas por la Comisión Federal Electoral manejada por la Secretaría de Gobernación quien fue responsable de la caída del sistema en 1988. Eso provocó que la gente saliera indignada a las calles a reclamar que el PRI se había robado la elección. ¿El responsable de esta estafa? El hoy titular de la CFE, Manuel Bartlett.
A raíz de la indignación pública, se reunieron partidos y ciudadanos y se formó el primer IFE (1990-1994), con representación de partidos -con mayoría priista- pero aún encabezado por Gobernación.
Sin embargo, en el 1994 con un clima de incertidumbre por el levantamiento zapatista, el asesinato de Luis Donaldo Colosio y con la presión de partidos y ciudadanos, fue que el gobierno del PRI aceptó dar autonomía al organismo electoral. Entonces se dieron las primeras elecciones libres y confiables en México. Se fundó el IFE (antecesor del INE), un órgano autónomo dirigido por consejeros ciudadanos elegidos con el mayor consenso posible. Desde entonces se han mejorado los procesos electorales sexenio tras sexenio..
No obstante, llegó un gobierno autoritario y populista que no le gusta jugar con las reglas institucionales y envió el 28 de abril de 2022 una reforma político-electoral para destruir al INE. ¿Por qué quien llegó al poder con un INE que le garantizó certeza, imparcialidad y legalidad quiere cambiar las reglas de la elección y autonomía de las autoridades electorales?
La única respuesta posible es para eternizarse en el poder.
Lo que propone la iniciativa es comenzar un nuevo régimen político, que va mucho más allá del retroceso a 1988 en el sistema electoral; pretende reformar el Congreso de la Unión y cambiar el sistema de financiamiento de los partidos políticos, al igual que bajar los tiempos en radio y televisión, todo en beneficio del partido en el poder. La reducción de integrantes de Congresos locales, ayuntamientos y alcaldías atenta contra el federalismo y el pluralismo.
Además, pretende cambiar los elementos sustanciales del sistema electoral, como es la desaparición de los organismos electorales locales (OPLEs), por lo que pasaríamos de un sistema federalista a uno centralista. También, propone el voto electrónico sin la inversión pública que lo garantice. La elección directa de consejeros electorales y magistrados por votación ciudadana, lo que costaría un dineral en campañas y sin ningún proceso de validación de capacidades y aptitudes. Esos son tan solo unos de los cambios propuestos.
Lo que se quiere es eliminar al INE, crear un nuevo Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC) sin autonomía. Lo que en pocas palabras se propone es la destrucción de lo que nos garantizó por 30 años la equidad y la imparcialidad en las elecciones.
Defender la incipiente democracia, al INE y su autonomía es hoy una obligación categórica. La Encuesta de El Financiero del 26 de octubre de 2022 revela que 7 de cada 10 ciudadanos confían en el desempeño del INE.
Hay muchas formas de participar. Una de ellas, tal vez la más visible, es mostrar nuestra preocupación e indignación, saliendo mañana domingo 13 a las 10:30 am a defender la institución que hoy nos garantiza elecciones libres y hace valer nuestro voto. Participa con amigos y familiares, hay más de 30 ciudades donde la gente se organizó. En la CDMX parte del Ángel de la Independencia.
Lo que hoy tenemos, se construyó a pesar de los partidos políticos en el poder, se construyó con personas como tú y yo que indignadas tomaron las calles en 1988 y que se han comprometido en diversos momentos a impulsar cambios hasta lograr su plena autonomía constitucional.
Todos sabemos que las marchas y las diversas manifestaciones no cambian las cosas, pero si visibilizan los problemas para poderlos cambiar, o como ahora sucede, para evitar que nos quiten derechos ya ganados.
Mañana toca salir a defender el INE que construimos entre todas y todos e impedir que el partido en el poder con sus aliados y quizás con algunos votos de otros partidos comprados o coaccionados nos lleven a una regresión y a un sistema político desconocido.
El presidente nos va a seguir descalificando, como lo hizo con las feministas y con los papás de los niños con cáncer; como procedió con víctimas como Javier Sicilia y la familia Lebaron, esa es su historia, desde 2004 cuando él era jefe de gobierno descalificó a quienes marchamos por la inseguridad.
No permitamos que sus ofensas y sus temores nos hagan quedarnos pasmados y no salir a preservar lo que es nuestro.
En defensa de la democracia, las libertades y los derechos, #YoSiVoyALaMarcha, ¿y tú?