Este año, se llevarán a cabo las elecciones más competidas en nuestra historia moderna. Los mexicanos tienen en sus manos la posibilidad de elegir entre dos proyectos de nación: el del progreso y la esperanza de Xóchitl Gálvez o el de la continuidad de Claudia Sheinbaum.
El proyecto que encabeza Xóchitl Gálvez, quiere regresarle la paz a los mexicanos, detener y sancionar a los delincuentes para que las familias tengan justicia. La visión de la señora Sheinbaum es sinónimo de violencia y derramamiento de sangre. Bajo este mandato, más de 170 mil personas han sido asesinadas y más de 48 mil se encuentran desaparecidas. Los abrazos a los criminales no deben ser parte de una política pública para atender la violencia.
El proyecto de la esperanza de Xóchitl quiere que las familias tengan acceso a servicios de salud dignos, donde no tengan que gastar sus pensiones en comprar los medicamentos que por obligación, el Estado mexicano debe dar. Sheinbaum mantiene el ahorcamiento financiero a los servicios básicos y no se podrán comprar medicinas, ni fortalecer la infraestructura hospitalaria.
El camino del progreso de Xóchitl quiere que el dinero de los mexicanos se utilice en obras que beneficien a todos, que exista conectividad y que sean eficientes y autosustentables. La señora Sheinbaum pretende seguir dilapidando los recursos públicos en obras inservibles y obsoletas que sólo generan corrupción y enriquecimiento ilícito para la familia presidencial.
El plan de Xóchitl es generar proyectos que ayuden al campo, que lo fortalezcan y sea una de las principales fuentes de empleo y economía para nuestro país. Por su parte, Sheinbaum apuesta por la marginación y la pobreza. La falta de programas de apoyo al campo tiene en el olvido a los agricultores y productores.
El gobierno de Xóchitl quiere que los estudiantes no abandonen la escuela, busca recuperar las estancias infantiles y que la ciencia y la tecnología sean ejes rectores de la educación. La señora de Morena apuesta por la ignorancia y el retroceso. La nueva escuela es un modelo educativo fallido que deja en desventaja a los jóvenes estudiantes.
El proyecto de la esperanza de Xóchitl Gálvez quiere que cada mujer se integre a la vida laboral, que cuente con espacios seguros, con refugios para las víctimas de violencia, que puedan salir libremente y regresar sanas y salvas a sus casas, con sus familias.
La 4T y Sheinbaum pretenden que las mujeres sigan siendo víctimas de la violencia, donde no puedan salir a las calles por el temor de no regresar, donde no cuenten con espacios a los cuales recurrir para protegerse de sus violentadores.
Es claro que la autodenominada “Cuarta Transformación” no dio resultados ni cumplió con sus promesas, es más, tienen sumido a México en el abandono, el caos y la violencia. Por ello, urge un cambio de rumbo y un plan que le devuelva a nuestro país la esperanza y una buena administración pública.
El pilón:
López Obrador está recibiendo un golpe de realidad. La gente ya no cree en sus mentiras y la falta de resultados lo está haciendo caer en la opinión pública.
Las encuestas lo dicen, cada día más mexicanos desaprueban su gobierno. En los últimos días, se le ha visto enojado, fuera de sí e iracundo porque ni el AIFA, ni Dos Bocas, ni el Tren Maya lograron posicionarlo como gobernante. Su falta de honestidad, de liderazgo y de capacidad para dar resultados, harán que él y Morena, se vayan al basurero de la historia.