¡Vivan los hermanos migrantes!

Nuestro México actual es diverso y multicultural, aunque aún persisten desigualdades sociales y contrastes económicos

Iker, mi hijo de 13 años, iba como mi copiloto al cruzar la frontera hacia Estados Unidos, y también desempeñaba el papel de DJ, enseñándome la música del grupo "Frontera". Íbamos a Houston para presenciar el clásico estudiantil entre Tigres y Borregos, que marcaba el comienzo del mes de septiembre, el mes de la patria.

Antes hicimos una desviación, una parada familiar en Austin, donde nos reunimos con Alex, su hermano de 15 años, quien ha vivido en Estados Unidos desde que era un bebé junto a su madre. Al iniciar el juego, quizás viví el momento más vibrante y emocionante para mí. Fue durante la ceremonia del himno nacional y la bandera de México, proyectados en las dos pantallas gigantes del estadio. Observando a mis hijos, noté que no compartían la misma emoción que yo sentía, la que me hacía sentir orgulloso de ser mexicano al ver nuestra bandera y escuchar nuestro himno en Houston, Texas. Una vez territorio mexicano, hoy una ciudad repleta de paisanos.

Pensaba en ese fin de semana, mientras veía el grito de independencia en el centro político de nuestro país, el Zócalo, me surgieron preguntas sobre nuestra identidad. Me cuestionaba ¿qué significa ser mexicano? y ¿dónde se experimenta con más intensidad el sentimiento de nación?;   ¿en el centro del país, en las regiones indígenas, en el norte, en el sur o tal vez en el extranjero, donde miles de mexicanos residen? Algunas respuestas comenzaron a esclarecerse cuando presencié la primera parte del espectáculo protagonizado por más de 800 niños y niñas: "Los semilleros creativos", quienes estudian arte y cultura en diversos centros comunitarios de todo el país.

El repertorio de los niños incluyó cuadros artísticos que resaltaban los derechos culturales, la justicia social, la equidad de género y la cultura de paz. Entre las obras se encontraba "Alas (a Malala)" de Arturo Márquez, que aborda el derecho a la educación de niñas, niños y jóvenes. Además, a través de la poesía recitada por los jóvenes se abordaron temas como la diversidad, el clasismo, el racismo y la discriminación. También se destacó la diversidad lingüística con "Mi lengua es resistencia", donde expresaron sus historias y diversidad a través de sus lenguas maternas. Por supuesto, no faltó la música tradicional mexicana, con huapangos, sones y mariachi, interpretando canciones como "Cielito lindo", "Viva México" y "México lindo y querido".

Nuestro México actual es diverso y multicultural, aunque aún persisten desigualdades sociales y contrastes económicos, pero también contamos con  riquezas naturales y un gran potencial en energías renovables, en crecimiento. Hemos transitado de la derecha a la izquierda en el ámbito político, pero todos somos mexicanos. Nuestra historia es sin duda milenaria, con nuestros ancestros indígenas, pero hoy somos el resultado del sincretismo cultural, europeo-americano, español e indígena.

En la celebración del grito en el Zócalo, curiosamente, al final, tocó el grupo Frontera, aquel grupo que Iker puso en las carreteras de Texas, de donde son originarios, pero con raíces mexicanas. Por eso, cuando AMLO pronunció las arengas y vivas en la ceremonia oficial, me quedé con una que dijo: "¡Viva los hermanos migrantes!", pues regresé en mi mente a ese viaje en el que disfrutamos de las canciones "regional mexicanas" que cantan, y sobre todo porque estuvimos con Alex, "el hermano migrante" de Iker.