Sintetizamos algunos aspectos relevantes que nos permiten ir analizando el torrente informativo sobre Ucrania.
1. Hacia el verano pasado. Recordemos que, tras sus derrotas iniciales, Rusia modificó sus tácticas hacia otras más encaminadas a un conflicto prolongado: fragmentar y asfixiar a su enemigo hasta obligarle a negociar bajos sus términos. Ello iba avanzando, aunque lentamente. En junio, Moscú controlaba ya una quinta parte del territorio ucraniano.
2. La contraofensiva ucraniana. A mediados del verano, Kiev comenzó a telegrafiar una contraofensiva para recuperar porciones del sur del país. Rusia reaccionó trasladando a decenas de miles de tropas para defender esas posiciones, y entonces, Ucrania sorprendió con dos contraofensivas paralelas, una, en efecto, hacia el sur, y la otra, hacia el noreste, ésta última con fuertes derrotas para Moscú.
3. Rusia decide escalar. Esas contraofensivas elevaron las presiones internas y externas en Putin y, frente a las cartas que ha apostado por este conflicto, optó por escalar ordenando una movilización masiva, organizando referéndums para anexar cuatro regiones de Ucrania a Rusia, además de elevar la retórica de amenazas de uso de armas nucleares.
4. Más contraofensivas ucranianas. Esas medidas de Rusia, como parte de la espiral de violencia, no hicieron sino incentivar una reacción también con fuerza y velocidad por parte de Ucrania. Kiev tenía que mostrar que no se iba a intimidar por las anexiones de su territorio a Rusia; que, además, reaccionaría rápidamente para reducir la potencial eficacia de los despliegues de cientos de miles de tropas rusas que llegarán al frente, y que respondería ante Putin con más golpes tanto estratégicos como simbólicos en su contra, como fue el acto de sabotaje contra el puente que une Rusia con Crimea.
5. Rusia decide escalar más. Ante lo anterior, Moscú sigue escalando y bombardea ciudades ucranianas, incluidas zonas residenciales, mediante decenas de drones y misiles. Rusia busca comunicar a Ucrania y a la comunidad internacional que tiene toda la intención de continuar con su guerra, que la población civil también es un blanco, que cuenta con medios para seguir escalando y que no se tentará el corazón para dar más pasos en esa dirección.
6. Aún así, los problemas de Moscú son muchos. Su armamento de precisión se agota y está teniendo que recurrir a países como Irán o Corea del Norte para abastecerse. El emplear ese armamento en contra de ciudades y la población civil no cambia, en lo sustancial, la situación en los frentes en los que la contraofensiva ucraniana sigue cosechando victorias. Efectivamente, Moscú está ya iniciando los despliegues de cientos de miles de tropas, pero éstas no cuentan con el entrenamiento suficiente, y muy probablemente padecerán de una bajísima moral, sin mencionar los problemas de diseño y planeación, de logística y comunicación, entre muchos otros, que seguramente se seguirán manifestando. Con todo, Putin estará apostando a avanzar sus metas a través de los números: posicionar cientos de miles de soldados en distintos frentes, Bielorrusia incluida, buscando desconcentrar la atención del ejército ucraniano.
7. En suma: seguimos en un proceso en desarrollo con una gran cantidad de variables moviéndose a diario. Ucrania mantiene la iniciativa. Pero ello es, en esta lógica de espiral acción-reacción, justo lo que ha estado impulsando más respuestas y medidas de escalamiento por parte de Moscú. Así que, por ahora, podemos hablar de escenarios más que de predicciones. Y por lo delicado de varios de esos escenarios, este tema merece toda la atención y energía que los actores a favor de la estabilidad, puedan dedicarle.
Twitter: @maurimm