¡SOS!

Volvimos a la terca realidad de vivir bajo cielos grises y respirar oxígeno impuro en los municipios de la metrópoli, convertidos en una cámara de gases

Con la contaminación del aire al tope antes, durante y después de la Navidad y del Año Nuevo, los más de cinco millones de habitantes del Área Metropolitana de Monterrey volvimos a la terca realidad.

A la terca realidad de vivir bajo cielos grises y respirar oxígeno impuro en los municipios de la metrópoli, convertidos en una cámara de gases.

A la terca realidad de descontrol sobre las industrias, comercios, vehículos, incendios, deforestaciones, tolvaneras, residuos, construcciones, urbanizaciones y demás fuentes contaminantes.

La contaminación rebasó los nuevos límites permisibles para partículas suspendidas en el aire, las PM10 (fracciones gruesas con un diámetro aerodinámico entre 10 y 2.5 micras) y las PM2.5 (fracciones finas y ultra finas con un diámetro aerodinámico entre 2.5 y 0.1 micras), y también para el ozono.

En un esfuerzo por hacer más estrictos los límites permisibles de contaminación, el Gobierno Federal modificó la Norma de Salud Ambiental el pasado 27 de diciembre. Disminuyó el límite diario de concentraciones para las PM10 de 70 a 60 microgramos por metro cúbico y para las PM2.5 de 41 a 33 microgramos por metro cúbico. Para el ozono lo redujo de 0.065 partes por millón a 0.060.

Con estas medidas se buscan aplicar acciones más severas para que las fuentes contaminantes reduzcan sus emisiones y mejore la calidad del aire. Lo preocupante, según los ambientalistas, dicha modificación a la Norma federal de poco sirve de seguir obsoletas las regulaciones estatales y municipales.

Aunque el impacto negativo en la salud depende de las concentraciones en el aire de las PM10, de las PM2.5 y del ozono, así como de las dosis que se inhalan, del tiempo y la frecuencia de exposición y de las características de la población expuesta, resulta evidente el alza de enfermedades respiratorias y cardiovasculares, irritaciones en los ojos, malestares en la garganta, dolores de cabeza, crisis en asmáticos y riesgos de infarto al miocardio.

Frente a estas graves afectaciones a la salud por la elevada contaminación registrada en las estaciones del Sistema Integral de Monitoreo Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente, el activista ambiental Guillermo Martínez Berlanga lanzó un ¡SOS!

La señal de auxilio ambiental no es la primera del integrante del Comité Ecológico Pro Bienestar de Monterrey, quien desde el 2017 sucede las luchas de María de Jesús Betancourt de Marqueda (qepd), gran luchadora social y ambiental de carácter local, pero de dimensión universal en la batalla contra empresarios contaminantes y gobernantes cómplices.

Durante los pasados tres sexenios, en un esfuerzo por respirar aire limpio Martínez Berlanga lanzó decenas de SOS y también de denuncias para evitar quedarnos sin ‘pulmones urbanos’ por la deforestación extrema.

Si bien el actual gobierno busca cumplir los derechos verdes establecidos en la nueva Constitución y elaborar un Plan Integral de Gestión Estratégica de la Calidad del Aire, cuya principal exigencia es rehabilitar la Refinería de Pemex en Cadereyta. Además, llevar a cabo un programa de reforestación masiva de un millón de árboles nativos y un decreto para limitar el uso de la pirotecnia. Sin embargo, tan sólo en los días de quema masiva de carbón y leña para asar carnes, el Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire comprobó que las estaciones de monitoreo ambiental registraron más contaminación en el AMM cuando esta actividad es abundante y la velocidad del viento baja.

El aire es vital, esencial y crucial. Así lo enseña la historia con el fenómeno de la Gran Niebla de Londres, un 5 de diciembre de 1952, cuando una nube de humo por combustión de carbón envolvió toda la ciudad y durante tres días provocó la muerte de más de 12 mil y la enfermedad de más de cien mil habitantes.

Wiston Churchill debió tomar medidas después del impacto del mortal fenómeno y antier que se registró una calidad del aire extremadamente mala, es urgente un plan coordinado de los tres niveles de gobierno que revierta y mejore radicalmente la calidad del aire.

Estamos viviendo en una cámara de gases con acciones insuficientes y respuestas inefectivas que detengan esta mortífera amenaza. Los pleitos políticos han desenfocado la atención a esta grave problemática que enfrentamos y desde aquí lanzamos un ya basta !!!