Solidaridad humana

La solidaridad es una pieza clave del diario convivir que impulsa a actuar por el bien común.

"No hay bien alguno que nos deleite si no lo compartimos"

 Séneca

La solidaridad es una pieza clave del diario convivir que impulsa a actuar por el bien común, entendiendo que el bienestar individual está ligado al de todos y esto ha quedado más que en claro cuando se suscitan situaciones de gran magnitud, como desastres naturales y movimientos armados.

Como valor, la solidaridad se caracteriza por no esperar algo a cambio, por tratar de entender el estado de ánimo y la necesidad de las personas, por ser inclusiva y porque más que un sentimiento, la solidaridad es acción.

El 20 de diciembre se celebra el Día Internacional de la Solidaridad Humana, fecha oficial promulgada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en el año 2005.

Más que una fecha, esta conmemoración es una invitación a recordarnos de la importancia que tiene y el poder de la unión y el apoyo mutuo para hacer de este, un mundo mejor.

Las páginas de la historia están, afortunadamente, llenas de grandes hombres y mujeres que, con su visión, empuje y ejemplo, han ayudado en esta tarea ¿nombres? Mahatma Ghandi, la Madre Teresa de Calcuta, Nelson Mandela o bien, organizaciones como la Cruz Roja Internacional, aunque, hay que reconocerlo, la lista es grande.

No obstante, si la solidaridad consiste en ayudar a otros que lo necesitan, usted, yo, aquel y el otro, podemos participar con pequeñas, medianas o grandes acciones.

Donar ropa, calzado o muebles en buen estado, colaborar con instituciones que hacen labor social, compartir tiempo con personas que necesitan apoyo o están solas y hasta ceder el asiento en el transporte público pueden ser acciones que le cambien la vida a alguien.

La solidaridad, recordemos, hay que saberla inculcar desde la niñez, para que las buenas acciones, los cambios transformadores de la sociedad y el mundo, jamás se detengan.

La escritora de origen nicaragüense, Gioconda Belli, se refiere a la solidaridad humana como "la ternura de los pueblos". Justo en estas fechas tan conmovedoras que hasta pueden detener, al menos por momentos, las guerras, vayamos poniéndole ternura y calidez a las fiestas decembrinas.

Es por estos días en que teniendo algo de abundancia en casa, podemos compartir de lo que la vida nos da con aquellos menos favorecidos deambulando por calles, que viven solos o con quien aún en compañía, sus ingresos no le permiten ni una modesta celebración.

Si me permite amable lector, lo invito para que, lejos de un mero símbolo, la solidaridad humana sea un acto que podamos, juntos, cada cual, desde su trinchera, poner en marcha, hoy con motivo de las celebraciones navideñas, pero que prevalezca, por qué no, todo el año.

La solidaridad no se da por decreto, es una acción voluntaria. No podemos permitir que la aridez muchas veces institucional permee nuestros corazones y acciones.

Aprovecho este espacio para de, manera anticipada, desearle una entrañable celebración navideña al lado de su familia.