El Instituto Mexicano del Seguro Social publicó ayer lunes las cifras de generación de empleo formal durante enero. Se registraron ante ese instituto 142 mil 271 plazas durante el primer mes del año. La cifra es importante. Es el mejor enero, en cuanto a creación de empleo formal, desde que se tienen datos. La tentación de echar las campanas al vuelo sobre lo positivo de esta cifra estará más que presente.
Pongamos los datos en contexto. En total, ya considerando el dato de enero, se tienen registrados en el seguro social 20 millones 762 mil 419 trabajadores. Empecemos comparando en función de los meses que lleva la administración actual para luego hacer una evaluación de la recuperación del empleo frente a las pérdidas de la pandemia.
Al cierre de 2018 se tenían registrados 20 millones 79 mil 365 empleos formales. En 38 meses se han agregado poco más de 638 mil plazas al registro del IMSS, un incremento de 3.4%. Durante un periodo similar, la población económicamente activa -PEA- ha aumentado 2.3 millones de personas (los últimos datos corresponden al tercer trimestre de 2021), un incremento de 4.1%. El ritmo de creación de empleo formal ha sido menor, como suele suceder, al ritmo en el que la PEA crece.
Vale la pena recalcar que la imagen de empleo que nos dan los registros administrativos del IMSS es incompleta. Faltan por incluir los trabajadores al servicio del Estado y por supuesto los trabajadores que laboran en la informalidad. Podríamos pensar, de forma muy sucinta, que el empleo formal representa alrededor de una tercera parte del conjunto laboral del país. La informalidad, que abarca a más de la mitad de la población ocupada del país, también ha crecido en monto. Al cierre de septiembre de 2021 (último dato disponible) había 31 millones 434 mil 243 personas en esta situación, 741 mil más de los que había al final de 2018.
En febrero de 2020, quizás el último mes que podríamos considerar previo a la pandemia, el registro del IMSS apuntaba 20 millones 613 mil 536 trabajadores formales. El dato de enero muestra que, frente a la situación de hace 23 meses, prácticamente ya dos años, hay únicamente 148 mil 883 plazas más. El adverbio no es gratuito. Hay que recordar que cada año se incorporan a la PEA alrededor de 1.2 millones de personas. Hablar de la creación de 149 mil plazas de formales en dos años como si esto fuese un logro es dejar mucho qué desear en ese ámbito crucial para la vida de las personas.
Pero dentro de todas estas cifras laborales hay una que destaca y de la que se habla poco. La población disponible para trabajar no está contemplada dentro de la PEA. En ese grupo se cuentan a personas que están disponibles —como su nombre lo indica— para incorporarse al mercado laboral, pero que no buscan empleo porque consideran que el mercado laboral ni siquiera las va a considerar. Se les conoce también como desanimados. Ese grupo ha aumentado 33% en estos tres años, un incremento de casi dos millones de personas seguramente impulsado por la pandemia, pero también por una realidad económica complicada en el país.
El dato de empleo de enero es positivo, es el primer dato optimista del año. ¿Es suficiente para echar las campanas al vuelo? Lo dudo mucho.
Twitter: @ValeriaMoy