Sheinbaum

Claudia será la candidata oficial a la Presidencia de México por el partido Morena y sin duda alguna será la primera mujer presidente

Como se había previsto, la ganadora de la encuesta para ser representante de las nomenclaturas de la 4T, eufemismo medio elegante para designar a la candidata a la presidencia del país por el partido Morena, ha sido Claudia Sheinbaum, ex Gobernadora de la Ciudad de México, gracias al apoyo del estado encabezado por el presidente de la república que se lava las manos en público diciendo que fue la ciudadanía quien la eligió.

Y hablamos en género femenino porque Claudia era la única mujer en disputa por la nominación. Sin eufemismo, Claudia será la candidata oficial a la Presidencia de México por el partido Morena y sin duda alguna será la primera mujer presidente. Claudia tiene todas las de ganar (aun cuando muchos se aferran con esperanza a la candidata de la oposición Xóchitl Gálvez) porque los niveles de aprobación de AMLO superan el 50 por ciento, porque cuenta con una estructura de 20 gubernaturas, la Cámara de Diputados, el Senado y un gabinete integrado por funcionarios capaces y leales no sólo al presidente sino a México. Y una amplia base de ciudadanos beneficiados con la política social y económica de la presidencia.

Sin duda alguna, Claudia una vez presidente, seguirá paso a paso las políticas instrumentadas por López Obrador dentro del proceso social de la Cuarta Transformación. Ningún otro aspirante de Morena garantizaba la continuidad tal cual. Claudia no le moverá ni un punto ni una coma, al contrario, incrementará la transformación. El modelo de política social que incluirá el derecho universal a la salud, la educación superior, la arborización del campo mexicano con su autosuficiencia alimentaria, la economía fuerte gracias a que no se ha solicitado deuda externa y se ha pagado, seguirá vigente. Desde luego hay peligros internacionales: el dólar ha tenido un comportamiento móvil, puede haber devaluación o deslizamiento gradual en el cambio de mando.

Y desde luego que los enemigos de la 4T (los potentados, los grandes empresarios beneficiados por los gobiernos anteriores, los privilegiados inversionistas, los negociantes de los presupuestos oficiales, los políticos patrimonialistas) seguirán haciendo su lucha por frenar el avance de la transformación. Saben que si no hacen algo extremo para detener el cambio, se convertirán en simples ciudadanos (acaudalados y todo) que deben trabajar porque ya no tendrán contratos jugosos oficiales. 

De ahí que desde ya se han sumado en bola a apoyar a la candidata de la oposición Xóchitl Gálvez, a quien han inflado más que un globo haciéndola aparecer como la verdadera alternativa para mejorar el país, por sus raíces indígenas y porque empezó desde cero, siendo una mestiza pobre. Desde el norte del país la vemos con amplias posibilidades, ya que en estos lares no ha pegado la 4T, pero en el sur, salvo Hidalgo, su estado natal, no hay ni cercanía ni simpatía. Hay más diferencias. Además, su riqueza ofende. Una indígena que vendía gelatinas es ahora una millonaria. Eso solo se puede conseguir perteneciendo al esquema del neoliberalismo. Y el neoliberalismo fue orquestado por el gobierno del PRI apoyado por el PAN, por Carlos Salinas, Zedillo y los dos presidentes panistas, a uno de los cuales sirvió Xóchitl.  

Inician las campañas electorales rumbo al 2024. Por primera vez dos mujeres se disputan la presidencia de la república. Una con sangre indígena, otra judía. Una empresaria, otra científica. Una de derecha, otra de izquierda. Una de origen pobre, otra de clase media. Una sin marido, otra sin marido.

Las campañas darán muchos temas para escribir.