Mientras el Presidente y su gabinete de seguridad aplaudían ayer al resucitado Alejandro Gertz Manero, que reaparecía en el Campo Marte tras un año de no dejarse ver en público y los últimos dos meses de ausencia de su cargo por enfermedad, los jueces del Poder Judicial Federal le daban un tremendo revés al fiscal, al absolver ayer a Rosario Robles Berlanga, de los cargos y el proceso penal en su contra que le abrió la FGR hace 3 años y medio por el delito de ejercicio indebido del servicio público por omisión en los desvíos millonarios de la llamada “Estafa Maestra”.
Apenas unas horas después de que el presidente López Obrador celebrara en su mañanera el regreso de su amigo el fiscal, diciendo que “ya está en su oficina y ya está bien de salud. Lo celebro porque ya lo daban por muerto y gozaba de cabal salud”, el juez federal Roberto Omar Paredes Gorostieta declaraba sobreseído el expediente judicial que el mismo Gertz Manero le abrió a Rosario Robles en 2019, por considerar que las conductas que le atribuyeron a la exsecretaria de Desarrollo Social y de Sedatu en el gobierno peñista se debieron sancionar por la vía administrativa y no por la vía penal, que la mantuvo casi 3 años en prisión preventiva oficiosa.
Muy poco le duro al fiscal la sonrisa y los aplausos y celebraciones de bienvenida que le dedicaron el Presidente y sus colaboradores. Apenas se enteró del fallo emitido por el juzgador federal, que dictó una sentencia absolutoria a favor de Robles y ordenó cancelar las medidas cautelares que se le habían impuesto, inhibiendo que la FGR pueda volver a perseguirla penalmente por el mismo delito, la Fiscalía dejó ver su molestia con la decisión al anunciar en un comunicado que presentará una queja administrativa contra el juez Paredes Gorostieta, contra el que además procederá penalmente, abriéndole una carpeta de investigación por presuntamente “emitir un fallo contra la ley”.
“En la determinación tomada este día por el juez federal Roberto Omar Paredes Gorostieta y Femat, del Reclusorio Sur, de sobreseer a favor de Rosario “R”, con la misma se está actuando en contra la ley y en contra de las constancias de autos; razón por la cual se inicia no solo la queja administrativa, sino el procedimiento penal correspondiente”, dijo la Fiscalía a cargo de Gertz Manero en un comunicado oficial. El propio juez aludido ya había anticipado, al momento de emitir su veredicto a favor de los derechos humanos de Robles, que su sentencia no era definitiva porque la FGR podía presentar una apelación. “Eso es lo bello de los tribunales”, dijo el juez al terminar de leer su fallo, anticipando la reacción que ya esperaba de la Fiscalía.
Tampoco para López Obrador es una buena noticia la absolución de Robles Berlanga. Primero porque no le va a gustar al Presidente un nuevo fallo adverso a su gobierno por parte de los jueces del Poder Judicial federal y, segundo, porque si bien siempre dijo no tener una venganza en su contra, claramente a su antigua aliada y amiga en el PRD se le mantuvo tres años en la cárcel por una consigna política, como lo denunció la misma exjefa de Gobierno en una entrevista radiofónica que le realizamos, en la que acusó que si permaneció tanto tiempo en la cárcel de Santa Martha Acatitla, antes de que la liberaran el 19 de agosto de 2022, fue “porque así lo quiso Andrés Manuel”.
Ayer, cuando salía de la audiencia en la que fue absuelta, enfundada en un traje rojo, con mascada rosa al cuello, y caminando de la mano de su hija Mariana Moguel, Rosario Robles se veía sonriente y cuando los reporteros la abordaron en el estacionamiento del Reclusorio Sur, comentó: “Se demuestra después de más de tres años que tenía la razón, que soy inocente, siempre di la cara, viví la injusticia en carne propia tres años y ahora me toca seguir luchando por muchas mujeres que conocí, que sin tener la capacidad de voz y la atención que he tenido de parte de todos ustedes me tocará hablar por ellas”.
Definitivamente para Gertz Manero su segundo día de trabajo, tras una larga ausencia, no fue el mejor no sólo por el revés de los jueces, sino porque la Fiscalía acumula otra derrota más en uno de sus casos prioritarios y, aún con la posibilidad de apelar, tiene por lo pronto absuelta a la extitular de Sedesol. Mientras, sus otros casos emblemáticos, el de Emilio Lozoya, el de Juan Collado y otros como las nuevas acusaciones sobre el caso Ayotzinapa, que incluyen la acusación contra el exprocurador Jesús Murillo Karam, se encuentran estancados o de plano se le han ido derrumbando poco a poco. La falta de eficacia y capacidad de sus fiscales y ministerios públicos para probar las acusaciones y delitos que han imputado a varios de esos personajes de alto perfil político vuelve a quedar exhibida con la exoneración de Rosario.