Como abogado que tengo el gusto de ser y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad en la que usted estudió Señor Presidente, me permito hacerle una respetuosa invitación.
No dudo que esta exhortación que le haré ya se la habrán hecho otras personas, y puedo asegurar que entre sus colaboradores existe preocupación por sus reiteradas afirmaciones de que esta decidido a violar la Constitución que juró respetar cuando inició su mandato.
Y más preocupante se hace su determinación, cuando hasta una fecha se le ha señalado. El 16 de septiembre, fecha en la que se conmemora nuestra independencia nacional, se ha dicho se realizará la transferencia de la Guardia Nacional a la Secretaria de la Defensa Nacional.
Tendremos entonces dos motivos para recordar ese día. El primero nos llena de júbilo y alegría patriótica, y el segundo que nos hará meditar con tristeza que el Titular del Poder Ejecutivo de nuestro gran país viola flagrantemente nuestro Estado de Derecho.
Y ante las múltiples declaraciones que ha habido en contra de ese Decreto que usted ha venido publicitando como manera para dejar de cumplir el artículo 21 constitucional, su respuesta ha sido nada institucional, como debería ser su comportamiento en todas sus actuaciones públicas.
Ha dicho que quienes consideren que se viola la Constitución de la República, acudan a la Suprema Corte de Justicia. Señor Presidente, de verdad no lo entiendo. A qué se debe que ha sido la confrontación un modo que reiteradamente emplea y tiene para gobernar. Sus críticas a determinados grupos sociales son permanentes, y hasta pareciera que las disfruta.
Lejos de buscar la unión de los mexicanos para que todos, encabezados por usted, marcháramos en busca de un mejor futuro, disfruta muchas de sus intervenciones para atacar e incluso ofender a muchos de nuestros compatriotas.
Y ahora, la confrontación que está usted buscando entre el Poder Ejecutivo y el Judicial. ¿Cuál es Señor Presidente la razón por la que desea que la Guardia Nacional pertenezca al Ejército? Con eso, no va a remediarse la inseguridad que vivimos, mientras no se cambie la política emprendida en contra de la delincuencia.
El décimo párrafo del artículo 21 constitucional, por reforma promovida por usted, y publicada en el Diario Oficial del 29 de marzo de 2019, textualmente dice: “Las instituciones de seguridad pública, incluyendo la Guardia Nacional, serán de carácter civil…”
Además, Señor Presidente, con todas las funciones que le ha dado a nuestro glorioso ejército, está violando la Constitución, desde hace varios años. Tenga presente lo que ordena el artículo 129 constitucional en su primer renglón: “En tiempo de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar.”
De ahí entonces mi invitación respetuosa a que en los dos años, un mes y días que faltan para que concluya su administración, ya no se siga lastimando nuestro orden jurídico. No tiene porque saberlo, pero existe en el Derecho la llamada pirámide jurídica, y en función a ella, ninguna norma puede ir en contra de la Constitución.
Consecuentemente, la Constitución solo puede reformarse a través del procedimiento en ella misma establecido, en su artículo 135. Ni Decretos, Acuerdos, ni Leyes Reglamentarias pueden hacerlo. Esos ordenamientos contrarios a la norma constitucional serían nulos.
Entonces, para qué sabiendo que violará la Constitución, mantenerse con ese propósito, y hasta señalarle una fecha.
Profesor de la Facultad de Derecho de la UNAM