AMLO parece más preocupado por justificar la actuación de su gobierno ante la situación lamentable que se vive en Acapulco que en atender la desgracia como consecuencia del huracán OTIS. Habla de orden, organización y atención a los damnificados, pero no luce convincente en su lamento. En la tragedia, ataca a los conservadores y medios de comunicación a quienes califica como buitres, de malas entrañas, reaccionarios, mentirosos, irresponsables, politiqueros y desprestigiar a su gobierno; en esto sí se muestra convencido y molesto.
Señala que hay retenes para evitar robos, que hay recursos suficientes y que Acapulco se levantará, "que no los manipulen...estamos actuando como nunca...no falta dinero porque ya no se roba..." expresó.
Pero la gente no recibe la ayuda necesaria y está desesperada. Quiere escuchar soluciones y sobre todo, ver hechos. Ha habido saqueos y robos y la policía no hace nada.
Ha sido evidente la falta de planeación, previsión y respuesta del gobierno y AMLO no lo reconoce ni acepta, o quizá le cree a sus funcionarios. El gobierno estatal y federal están rebasados con el problema.
Ciertamente la magnitud de OTIS fue tal que no hubiera sido posible disminuir su impacto, sin embargo, sí es imperativo identificar faltas muy graves en la actuación gubernamental, y es responsabilidad de los medios y población señalarlas. Pero ya sabemos que a AMLO no le gustan las críticas.
Es increíble que siendo nuestro país tan vulnerable en temas sísmicos y de huracanes no estemos preparados para prevenir impactos mayores.
La periodista Penley Ramírez señaló en su editorial del sábado pasado que en el 2012 el Banco Mundial le dio a México un crédito de 105 millones de dólares para renovar su sistema meteorológico y adquirir 30 radares. En 2016 el proyecto se paró y sigue inactivo. Actualmente solo se tienen 5 radares en funcionamiento, en Altamira, Guasave, Los Cabos, Ciudad de México y Campeche; el de Playa del Carmen está en reparación. Expertos de la UNAM señalan que OTIS evidenció la necesidad de contar con mayor capacidad de monitoreo y mejorar el Sistema de Alerta Temprana. Ante situaciones de vulnerabilidad se necesitan protocolos claros, refugios, normas de construcción, alertas celulares y alarmas en las ciudades en riesgo, desde luego, contar con el apoyo de los medios masivos.
El Sistema Meteorológico Estadounidense y el National Hurrican Center anticiparon ocho horas antes la fuerza de OTIS pero en México no se reaccionó con suficiente previsión. Durante el día nadie advirtió a la población de la gravedad de OTIS que llegó a las 3:00 de la mañana del miércoles 25 de octubre; solo hubo avisos precautorios. Los "hubieras" no existen, pero no hubo alertas por cadenas de radio y televisión.
El presidente fue muy tibio cuando el martes 24, un día antes, a las 8:06 pm puso un tuit en donde dijo: "Atento aviso a la población de la Costa Grande de Guerrero: De acuerdo con la información disponible se pronostica que el huracán OTIS entrará al territorio con categoría 5 entre Acapulco y Tecpan de Galeana de las 4 a las 6 de la mañana. Están en marcha el Plan DN-III-E y el Plan Marina en coordinación con el gobierno del Estado. Acepten trasladarse a refugios, mantenerse en lugares seguros, alejados de ríos, arroyos, barrancas y estén alerta sin confiarse. Nosotros también estamos pendientes", expresó sin mucho sentido de urgencia.
El miércoles 25 de octubre, después de la tragedia, AMLO fue por vía terrestre a Acapulco. Salió a las 10:30 de la cd. de México, llegó al puerto a las 19:00 hrs. porque no había paso por la autopista del Sol; solo estuvo unas horas. Habló con pocas personas, él dijo que como 500, mientras caminaba enlodado. "Ayudo más coordinando desde aquí (desde Palacio) coordinando todas las acciones...no quiero hacer de esto un espectáculo...como se hacía antes...lo más importante son los hechos", expresó. Pero quizá hubiera sido mejor estar con el pueblo y comprobar por él mismo la magnitud de la tragedia y que la ayuda se está dando.
Las críticas al gobierno han llovido casi con la misma fuerza que el huracán. La ayuda a la población no llega y no es posible reactivar la operación del puerto. A cinco días del huracán, el ejército había entregado 34 mil despensas y 14 mil comidas, y habilitado 10 comedores para abastecer a la población de casi 800 mil personas.
Claro que AMLO no acepta la reacción tardía del gobierno "Sí se avisó con tiempo... está demostrado técnica y científicamente, pueden preguntar a los centros de control de huracanes si no fue un fenómeno extraordinario, que les digan qué antecedentes hay de cómo se precipita tan rápido...todo el tiempo se estuvo informando, pero no se imaginaban [los especialistas del Gobierno] que iba a ser mucho más fuerte de lo que se pensaba", ha explicado.
OTIS pasó de tormenta tropical a huracán de categoría 5 en menos de 12 horas. Acapulco fue el centro de esta catástrofe letal. Las pérdidas económicas se estiman en más de 272 mil millones de pesos según la firma especializada en desastres naturales Enki Research.
Según la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, llevará al menos 5 años la reconstrucción del puerto, "Localmente no hay suficientes cuadrillas de trabajadores para arreglar tanto problema. Se tendrá que traer mano de obra de otros lugares...el turismo no regresará hasta que haya una normalización de actividades", expresó el CEO de JLL México, firma inmobiliaria.
La Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros señala que el 80 por ciento de los hoteles del puerto sufrieron daños por el impacto.
La población sufre por la muerte de sus familiares o por la incertidumbre de los desaparecidos; por la pérdida de sus hogares, por la falta de agua, de electricidad, de alimento. De igual forma, viven el saqueo de los delincuentes, la falta de saneamiento ambiental que ya ocasiona problemas de salud y la ineficiencia del gobierno.
La solidaridad mexicana se ha hecho presente a través de la Cruz Roja y diversas campañas de acopio por todo el país. Pese a los retenes, saqueos y dificultades oficiales, el material se ha podido entregar. La fuerza ciudadana siempre se impone.
Y aunque el presidente diga que "no nos fue tan mal" refiriéndose a la cantidad de muertos, Acapulco quedó destrozado y nos necesita.
Leticia Treviño es académica con especialidad en educación, comunicación y temas sociales, leticiatrevino3@gmail.com