A 90 años del fallecimiento de Clara Zetkin, acaecido un 20 de junio de 1933, desde este espacio rendimos honores a la pionera del Día Internacional de la Mujer.
La educadora y activista política alemana de origen judío e ideología comunista, actualmente es reconocida como la más influyente luchadora por los derechos de las mujeres.
Nacida en Wiederau, el 5 de julio de 1857, se muda de joven a la ciudad de Leipzig, con el fin de estudiar para maestra. Ahí entra en contacto con el movimiento obrero y también con el movimiento feminista y se afilia al Partido Socialista de los Trabajadores
A causa de la prohibición del socialismo en Alemania, se refugia en Zurich, Suiza, en 1882, en donde escribe y distribuye escritos clandestinamente y además conoce a los principales líderes socialistas europeos.
Años más tarde se traslada a París, Francia. Ahí se relaciona con los dirigentes anarquistas y comunistas del movimiento obrero francés, donde juega un importante papel en la fundación de la Internacional Socialista.
Como responsable de redactar el informe del Congreso fundacional de la Internacional Socialista, Clara plantea la necesidad inmediata de abordar la lucha de las mujeres por parte de los partidos socialistas y, sobre todo, de ganar en sus filas a las trabajadoras y obreras.
Por esta postura se confronta con las mujeres sufragistas, que luchan por equiparar los derechos civiles y políticos entre mujeres y hombres. Además, sus propias correligionarias socialdemócratas le oponen resistencia.
En el documento Directrices para el Movimiento Comunista Femenino, que presenta en 1921 ante los asistentes al III Congreso Mundial de la Internacional Comunista, Clara cuestiona lo siguiente:
"La lucha por el sufragio universal femenino, como parte esencial e irrenunciable de la lucha del proletariado por el derecho al voto y por el poder, es en neta contraposición con las aspiraciones feministas".
Durante su estancia en París, Clara se quita su apellido paterno Eissner y adopta el de su marido, el revolucionario ruso Ossip Zetkin, con quien había contraído matrimonio y tuvo dos hijos.
Sin embargo, desde 1899 se separa de Ossip y hasta 1928 estaría casada con el artista francés George Friedrich Zundel.
De vuelta a Alemania impulsa la lucha por la igualdad y por los derechos femeninos a través de su periódico Die Gleichheit (La Igualdad), con un tiraje de cien mil ejemplares durante más de diez años.
En 1907 se realiza la I Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Stuttgart, Alemania, siendo propuesta y votada como Secretaria Internacional de la Mujer.
En el II Encuentro Internacional, celebrado en Copenhague, Dinamarca, en 1910, Clara Zetkin y Kate Duncker presentan la propuesta de conmemorar cada 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer o Día de la Mujer Trabajadora, para honrar especialmente a las trabajadores textiles asesinadas en EE.UU y a las mujeres obreras en general.
Durante la Primera Guerra Mundial, junto con la activista, filósofa y teórica polaco-alemana Rosa Luxemburgo, también de origen judío, rechaza la política pactista del Partido Socialista de los Trabajadores con el gobierno alemán, por suprimir las huelgas obreras durante el conflicto armado.
De 1916 a 1919 participa en la fundación la Liga Espartaquista y se une al Partido Comunista, siendo electa representante en el Reichstag (Parlamento) de 1920 a 1933, desde donde lanza un llamado para luchar contra el nazismo.
Cuando Adolf Hitler y su partido NAZI toman el poder, el Partido Comunista es declarado ilegal, el Reichstag incendiado en 1933 y Clara Zetkin se exilia en Moscú, donde muere a los 75 años de vida, siendo sepultada en la Necrópolis de la Muralla del Kremlin.