Nuestro Estado se ha caracterizado por contar con zonas industriales de mucha trascendencia para el país, una entidad futurista con un avance acelerado en el desarrollo económico, es una atracción comercial para las empresas e industrias nacionales y extranjeras, por estar situado geográficamente en una zona que favorece el tránsito comercial hacia los Estados Unidos de América se potencializa sus negociaciones comerciales.
Otra de las virtudes comerciales de Nuevo León es su gente, siempre dispuesta y trabajadora que garantiza la mano de obra de calidad para las empresas que deciden permanecer en este Estado, es un agregado fundamental para la producción de la industria.
Sin embargo, nuestra entidad se encuentra en vísperas de un crecimiento constante que se concentra principalmente en el área metropolitana de Monterrey, esto ha provocado la saturación y congestionamiento del tránsito y los servicios básicos como el agua, el drenaje, el alcantarillado, infraestructura de gas natural y el servicio de electricidad, es necesario que se promueva un desarrollo a las zonas fuera del área metropolitana, al mismo tiempo se logren crear centros de población desfogando la metrópoli, todo esto encaminado a una calidad de vida sana y sustentable.
Una de las ventajas y retos importantes para llevar a cabo esta redistribución industrial, es que el Estado tiene la oportunidad de diseñar un plan de desarrollo para las zonas que no corresponden a la metrópoli, una política firme y próspera donde se puedan crear polos de desarrollos atractivos para el sector industrial, con un enfoque solidario de apoyo en cuanto subsidios y extinción de impuestos que permita la inversión e instalación de zonas industriales en zonas rurales.
Las áreas de oportunidad deben surgir para las empresas, el desarrollo económico competitivo se encuentra próximo en las áreas fuera de la metrópoli, esto es una realidad, el gobierno debe colaborar apoyando a quienes tengan interés en instalarse en estas zonas fuera de la metrópoli, debe ser redituable para quienes inviertan en estos polos de desarrollo, puesto que el beneficio es enorme para los centros de población que se pretendan desarrollar en esas zonas también.
En ese orden de ideas, esta área de oportunidad se adecua a los tiempos y circunstancias del desarrollo industrial en nuestra entidad, logrando con ello un mejor desempeño en cuanto a tiempos de traslados como beneficio óptimo y logrando a su vez mejorar la calidad de vida de los habitantes de las zonas rurales en cuanto a la apertura del empleo, es indispensable para ello, que el Gobierno del Estado emprenda un plan estratégico para que los centros de población que se constituyan cerca de las empresas, cuenten con el equipamiento urbano necesario para que los asentamientos humanos se desarrollen de manera adecuada.
Entrando al estudio y análisis de la Ley de Fomento a la Inversión y el Empleo para el Estado de Nuevo León, nos encontramos que existen beneficios para las empresas que se pretenden instalar o se instalen en nuestra entidad, sin embargo hacemos hincapié en que se debe ponderar a aquellas que tengan interés en instalarse fuera de la metrópoli, pues esto otorga un beneficio adicional a las personas que viven en zonas rurales en cuanto a la apertura y ofertas de empleos, a su vez, la mancha urbana se dispersa de manera equilibrada y ordenada por todo el territorio del Estado, evitando conglomeraciones y caos de tránsito y saturación de servicios dentro de un mismo espacio.
En ese contexto, es indispensable que el Gobierno del Estado propicie las condiciones necesarias para que las empresas puedan instalarse de manera adecuada y sin contratiempos, es decir que prepare la infraestructura para el asentamiento de estos polos de desarrollo, estamos visualizando el futuro prometedor de nuestro Estado de manera organizada y ordenada.
Por todo ello, recientemente presentamos una iniciativa de reforma que tiene ese propósito genuino de otorgar incentivos y extinción de impuestos a quienes pretendan establecer sus empresas fuera del área metropolitana como un aliciente, motivando la economía en todos los rincones del estado y llevando con ello, el empleo a más personas, apoyando principalmente a las zonas rurales.