Sin el más mínimo conocimiento y sin un plan integral de reacondicionamiento urbano, el alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio, ha emprendido un programa para obstaculizar el tránsito de vehículos, colocar tubos en las esquinas de las calles para hacer más difíciles las maniobras y reducir el espacio de las vías, poniendo en peligro la vida de los transeúntes. Además, destruye lo construido.
La calle Modesto Arreola y la avenida Ocampo se convertirán en trampas mortales para las personas, como lo son esas modificaciones en la calle Arteaga por donde pasan las unidades del transporte urbano. Ya han sucedido colisiones. Asómate por la calle Espinoza y Galeana: la calle se cierra en los cruces. En la calle Modesto Arreola algunos vecinos batallan para entrar a sus casas por unos agujeros que hicieron.
Así que los famosos corredores verdes, todo un proyectito de mejoramiento urbano, solo estarán en las calles Ocampo y Arreola. ¿Entonces para que tanto arguende? ¿Y por qué esas calles? En Monterrey donde realmente se requiere de un mejoramiento urbano que incluso ayudará a rehacer el tejido social es en los sectores de San Bernabé o la colonia Alfonso Reyes conocida como la Risca. Por qué el centro de la ciudad si ni siquiera serán todas las calles. Cada alcalde en turno Ricardo Canavatti, Adrián de la Garza, Felipe de Jesús Cantú, Jesús María Elizondo, todos sin excepción hablaron de regenerar el centro de la ciudad e incluso movieron algunas compactadoras. Pero hasta ahí. Colosio se suma a esta lista de alcaldes estultos. No hay diferencia entre Colosio y sus antecesores en el Ayuntamiento.
Ahora, si se trata de arreglar las banqueteas, el problema no es las banquetas, en las cuales tienen participación los vecinos, sino los árboles. Algún alcalde de Monterrey, poseído por el espíritu de la ocurrencia, tuvo la brillante idea de sembrar árboles, quizá evocando alguna actitud ecológica, que son predadores. Los fresnos, de ramos duros, crecen hacia abajo lo mismo que hacia arriba. Entonces, claro que levantaron las banquetas. Sí, el problema no son las banquetas, son esa especie de árboles. El corredor verde debería contemplar la sustitución de esa especie por una de la región.
El problema es que el insalubre alcalde de Monterrey, al no saber nada de nada, cuando fue diputado brilló por lo gris de su actuación, compra ideas que algún interesado en hacer dinero le vende. Y las compra. Este es, creo, el caso, de los famosos corredores. Y de los tubos que ponen en las esquinas. ¿Cuánto cuesta cada tubo? Y ¿cuánto cuesta su colocación? He ahí la verdadera causa.
Lo que debería hacer el alcalde de Colosio es cumplir con sus obligaciones: combatir la inseguridad, tapar los baches. (Ya vieron la esquina de Padre Mier y Sr. Coss, qué vergüenza.) Hacer gestiones para que haya iluminación en las calles de la ciudad. Renovar la nomenclatura de las calles.
Ahora el alcalde se quiere reelegir. Si muy apenas ganó la elección, ahora quiere repetir para seguir causando más problemas a los ciudadanos. ¿Qué afán de estar molestando a los ciudadanos? ¿Qué maldad es causar problemas a los regiomontanos?