El tema de la violencia social ha sido muy discutido, especialmente con los pobres resultados obtenidos por la administración anterior del presidente Andrés Manuel López Obrador. Este aspecto de su gobierno ha sido el más criticado, considerando que las cifras de homicidios dolosos son bastante elevadas: 199,619, además de 50,000 desapariciones, y un tema aún más sensible, los feminicidios, con 5,227, en un contexto de más de 20,000 mujeres asesinadas.
De acuerdo con la Real Academia Española, un feminicidio es el "asesinato de una mujer a manos de un hombre por machismo o misoginia", por lo que, en una cultura como la mexicana, es factible que pueda asociarse la violencia relacional con este tipo de homicidios vinculados al género y a la condición de ser mujer.
En Nuevo León también tenemos estadísticas significativas sobre el tema: este año, poseemos el récord del primer lugar en feminicidios a nivel nacional, y tenemos casos que han logrado repercusión mediática tanto a nivel nacional como internacional. La tragedia de Debanhi fue uno de ellos, pero también podemos tristemente recordar a otras víctimas: María Fernanda, Jhoana, Yolanda, Mónica...
En una y otra Mañanera se le preguntó a nuestro insigne expresidente López Obrador sobre diversos casos de víctimas de violencia, y siempre su frase para hacer frente a estos cuestionamientos fue: "¡Es muy lamentable!" Este, sin duda, se ha convertido en el enunciado insignia para los políticos actuales; cuando se les cuestiona sobre la participación de las autoridades en diversos hechos de sangre, siempre responden: "¡Es muy lamentable...!"
Había intitulado este artículo de opinión como "Otro feminicidio en Monterrey", estuve considerando cambiarlo por "¡Es muy lamentable...!" Obviamente, un título que refleja el carácter superficial del manejo informativo por parte de los excelsos políticos mexicanos, pero me pareció inconveniente hacerlo, considerando que se debe un respeto a las víctimas y a los deudos.
Habrá que estar atentos a las Mañaneras de nuestra ínclita presidenta Claudia Sheinbaum, considerando que ella sería incapaz de mostrarse fría hacia las víctimas de feminicidios. Estamos ante el sexenio de las mujeres, por lo que espero no escuchar de su boca la misma respuesta evasiva y carente de empatía. Ojalá no mencione el "¡Es muy lamentable!" cuando sea cuestionada por situaciones diversas de actos criminales.
Estas temáticas no son algo que personalmente aborde de manera sencilla. Procuro no tocarlas, considerando que existe mucho dolor humano en este tipo de tragedias. Sin embargo, ocurrió algo inesperado que me empujó a hacerlo nuevamente.
El pasado viernes 4 de octubre, me encontraba tranquilamente en una mecedora que tengo en la cochera al frente de la casa. Tomaba un poco de té verde que mi linda esposa, María Luisa, me había preparado. Estoy acostumbrado a beberlo sin ningún tipo de azúcar, así que el sabor se vuelve más intenso y claro.
Cerca de la casa, alrededor de las 18:15 hrs., comenzaron a llegar muchas patrullas de la policía ministerial. Luego, una ambulancia y más patrullas de otras agencias de seguridad. Pensé que algún vecino andaría en malos pasos; ahora, con eso de las drogas, hemos tenido muchos homicidios violentos, logrando en estos días que Nuevo León tenga el récord a nivel nacional.
Una vecina, que siempre procura estar bien informada de lo que ocurre en el barrio, pasó caminando por la banqueta y mi esposa le preguntó qué había pasado. "¡Mataron a una muchacha!" fue lo que escuché, y me sorprendió. Mi señora preguntó un poco más, y le respondieron: "Sí, allí vivía, en los departamentos de allá".
Con esa escueta información nos retiramos a cenar y, más tarde, la figlia Carolina llegó y nos contó más al respecto. Al parecer, en las redes sociales había mucha más información que en los canales de televisión que acostumbramos a ver. En YouTube se encontraban videos de la víctima, ya que era una "influencer" con más de 300,000 seguidores.
Por lo que entendí, era una mujer joven de 36 años, madre soltera o, al menos, madre de un niño del que se encargaba en cuanto a su manutención y cuidados. Lo llevaba a la escuela, pero esa fatídica tarde no pudo recogerlo, así que la directora del plantel acudió a buscarla para conocer el motivo por el que no había podido ir por su hijo. Observó la entrada del departamento abierta, llamó a la policía regia y entraron, encontrando una escena criminal estremecedora: la víctima yacía desnuda en la cama, con una almohada en la cara y una herida de arma blanca en el cuello y otras partes del cuerpo. La habitación estaba totalmente desordenada, con manchas sanguíneas en el espejo, la pared y las sábanas, desde donde el líquido hemático escurría al suelo.
De acuerdo con la información que me explicó la figlia Carolina, se trataba de una joven que se ganaba la vida ofreciendo contenido para sus seguidores, material para adultos. Al parecer, ese es un nuevo oficio que surge con motivo de las redes sociales y, según me contaron, puede dejar mucho dinero.
En la televisión brindaron más información basada en el contenido de las redes, y sí, la joven ofrecía además asistencia como dama de compañía, donde algunos de estas prestaciones eran de carácter sexual. Parecía que, en parte, la influencer ofertaba servicios que podrían considerarse propios del oficio más antiguo del mundo.
La prostitución es un oficio de alto riesgo, no solo por las enfermedades de transmisión sexual, sino también por los vínculos que se establecen con los clientes, que pueden ser también de naturaleza violenta. La joven relató en alguna entrevista emitida en YouTube que algunos parroquianos trataron de enamorarla, y uno de ellos lo logró, pero luego terminaron la relación. Él insistió y ella rehusó continuar, lo que elevó el riesgo de agresión física.
La joven influencer, conocida como "la Barbie Regia", también relató en YouTube que algunos clientes enamorados deseaban controlarla en cuanto a sus finanzas, ya que estas eran abundantes. Ella procuraba siempre trabajar de manera independiente.
La violencia de género que puede desatarse en una relación sentimental es conocida desde la antigüedad. En una canción popular mexicana se advierte que, en las relaciones sentimentales, al final lo que los hombres dan "son puros palos", es decir, violencia física, aunque previamente seduzcan prometiendo "muchos regalos".
La joven conocida como la Barbie Regia asumió muchos riesgos en su vida, propios de su oficio como influencer de contenido erótico para adultos y otros servicios de naturaleza sexual. Al final de su corta vida, tuvo un desencuentro con alguien que dejó dominarse por la rabia homicida y, en un acto feminicida, terminó con las aspiraciones y expectativas de vida de una mujer que encontró cómo ganarse la vida en su juventud. Seguramente, lo que más deseaba era darle lo mejor a su hijo, quien ahora es un niño huérfano de madre que requiere del apoyo de la familia extensa para salir adelante.