Las bajas temperaturas que vivimos estos días sacan a relucir problemas que vivimos cotidianamente y de los cuales parece que ya no somos conscientes porque los hemos normalizado o al menos así parece.
El transporte no está a la altura y la gente se congela mientras espera a que pase el camión que lo transporte ya sea a su trabajo o de regreso a su hogar, nos parece normal que haya quien deba esperar una o varias horas sufriendo las inclemencias de un clima que si bien no se presenta cotidianamente, cuando lo hace produce daño y sufrimiento que no debería causar.
Recordemos que cuando asumió la gubernatura, Samuel García aseguró que pondría en marcha una aplicación mediante la cual las personas podrían saber en cuánto tiempo pasaría su camión y si tendría lugar para ellas ya que el reporte sería completo.
Efectivamente hoy existe una aplicación, Urbani, que sirve para pagar el servicio del transporte público, pero que ofrece solo información parcial acerca de rutas y camiones, ya que la información hace referencia a las rutas que alimentan el Metro y no señala si los camiones tienen espacio para más personas o no.
Además, solo te da la información si estás ya en alguno de los puntos de la ciudad por los cuales transita la ruta en cuestión, así es que hay que ir a la buena de Dios y rogar para que el camión pase y traiga lugares suficientes, si no, a esperar en estas condiciones, insistimos con las enfermedades y riesgo de accidentes que ello pueda implicar.
Pero si los usuarios del transporte urbano no la pasan bien, qué decir de los automovilistas que deben conducir por calles mal pavimentadas, con baches por todos lados, aún en avenidas de alta velocidad con los problemas que esto acarrea y con una carpeta asfáltica resbaladiza que, con las bajas temperaturas se ponen peor.
Quizá es tiempo de que Samuel asuma el liderazgo que debería tener y tome la responsabilidad que le corresponde para satisfacer las necesidades de un estado como el nuestro cuya población se concentra en el área metropolitana de Monterrey y no en alguna aplicación de moda.
Y si quienes tienen un trabajo y acuden a él utilizando el transporte público o su vehículo particular se enfrentan a una problemática, qué podemos decir de aquellos que por una u otra razón se encuentran en condición de calle o habitan en viviendas paupérrimas y pasan por situaciones que se pueden calificar de infrahumanas, pero solo nos damos cuenta de esto en momentos en que las condiciones climáticas los hacen visibles, porque el resto del tiempo nos parece normal.
Quizá esta onda gélida sea una oportunidad para dejar de normalizar aquello que no lo es, Nuevo León es un estado de vanguardia, progresista, rico, pero tiene algunas zonas en las cuales la pobreza extrema se agudiza y poco o nada se hace para evitarlo y áreas de oportunidad que debe mejorar. Veremos si sucede.