Tras el terrible suceso de Ciudad Juárez en el que perdieron la vida 40 migrantes, la organización Agenda Migrante y más de 350 expertos y asociaciones civiles realizaron un decálogo para una migración segura, ordenada y humana. Como parte de ese proceso, desde hace cerca de un año el Instituto Nacional de Migración (INM) ha iniciado cambios físicos y funcionales en las estaciones migratorias más emblemáticas del país.
Agenda Migrante ha contribuido con la implementación de MigrARTE, proyecto que busca brindar una experiencia más humana y acogedora en estos espacios que fueron pensados hace dos décadas bajo un esquema penitenciario. Mediante el arte, el color y la participación activa de las personas en movilidad, así como una serie de talleres psicoemocionales con las y los migrantes que se encuentran de manera temporal en estos espacios, los muros grises y tristes, se transforman en coloridos lienzos.
El color tiene el poder de influir en las emociones humanas, promoviendo sentimientos de calma, esperanza y dignidad. Colores cálidos como el amarillo y el naranja pueden inducir sensaciones de alegría y energía, mientras que los tonos azules y verdes son conocidos por sus efectos calmantes y relajantes. Esta intervención no solo mejora la estética del espacio, sino que también contribuye a la salud mental y emocional de los migrantes, proporcionando un entorno más positivo y alentador.
Los migrantes colaboran en el proceso de elección de los diseños que se van a incluir. Han escogido plasmar frases y representaciones que aluden a sus países de origen, animales migratorios y elementos de la naturaleza. Los murales reflejan la diversidad mediante la conexión entre su propio patrimonio cultural y la comunidad de acogida, y transmiten mensajes inspiradores y de apoyo. En suma, contribuyen a dejar un testimonio gráfico de sus experiencias en el trayecto, de sus esperanzas y anhelos, todos símbolos de su condición migrante.
Ante la adversidad y frente al complejo escenario de su tránsito hacia Estados Unidos, muchos de quienes han ofrecido su testimonio dicen estar sorprendidos y complacidos de encontrar instalaciones y espacios más acogedores: "mi estadía aquí trajo un poco de color a mi vida"; "yo ya estuve aquí hace dos años y era otra cosa"; "no pensé encontrarme con un lugar tan bonito, sube el ánimo y dan fuerzas para seguir"; "esperaba llegar a una cárcel y lo primero que encontré fueron colores y dibujos que me hicieron sentir mejor".
Los avances en la mejora de estos espacios realizados en conjunto entre el INM y el Amexcid (SRE) incluye que las personas no pueden ser retenidas más de 36 horas, la eliminación de elementos de diseño carcelario, como puertas, candados y barrotes (tan solo en la estación de Tapachula se quitaron 38 puertas), la mejora de las instalaciones en general, así como el equipamiento de espacios deportivos, consultorios médicos y el uso de dispositivos de traducción simultánea. Además, a la par de los cambios físicos, se desarrolla un proceso de revisión y fortalecimiento de los protocolos asociados al funcionamiento y atención dentro de las estaciones y brindando capacitación especializada en derechos humanos, protección civil y primeros auxilios a los funcionarios que ahí laboran.
En suma, mejorar el ambiente físico a través del arte y el color complementa otros cambios profundos, ofreciendo un alivio inmediato y tangible, ayudando a reducir el estrés y la ansiedad de los migrantes retenidos. En conjunto, una atención más humana en un espacio digno y sin barrotes crean un entorno más humano y compasivo, que no solo cumple con los estándares legales y de derechos humanos, sino que también promueve el bienestar de los migrantes.
Queda mucho por hacer en materia migratoria en nuestro país, así como respecto de la relación bilateral y presiones de Estados Unidos; sin embargo, el inicio de la transformación aquí descrito representa un avance digno de reconocer. Se requiere mantener y revisar periódicamente estos espacios para que nunca más suceda una tragedia como la ocurrida.
@EuniceRendon