Tres espacios, tres casas y una sola causa: los derechos de las personas migrantes.
Si hay algún fenómeno social complejo es la migración. Además de los problemas de índole político, económico y social en los países de origen-tránsito-destino, está la parte compasiva y de derechos humanos de las personas migrantes. Padecen de todo en su proceso de cambio por una mejor calidad de vida: violencia, enfermedades, desamparo, discriminación.
Es un tema relacionado con la dignidad humana que es ignorada y agredida. Es increíble que los avances en tecnología, ciencias y estructuras de organización política no sean suficientes para abatir el dolor y la desigualdad entre las personas. Y más increíble que algunos políticos los llamen "animales" o "criminales".
En Nuevo León hay tres figuras que concentran su trabajo en la causa migrante. Tres sacerdotes, tres albergues: José de Jesús Sánchez Gallegos de Casa Indi, Luis Eduardo Villarreal Ríos de CasaNicolás y Luis Eduardo Zavala de Alba de Casa Monarca.
Felipe de Jesús Sánchez Gallegos, es el fundador de Casa Indi espacio que alberga y apoya desde el 2013 a las personas en situación de calle y desde el 2014 a migrantes. Da servicio de hospedaje a aproximadamente 600 personas de las cuales el 90 por ciento son migrantes, más aproximadamente 800 comensales que diariamente acuden al que antes era conocido como el Comedor del Padre Infante. "Es una población flotante" señala el Padre de mirada vivaz.
Además, supervisa también la operación de la Casa Santa Martha y de la Casa del Buen Samaritano en las que recibe a familias y a mujeres respectivamente. En breve estará listo otro albergue.
Les ayudan en los trámites ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, COMAR, y mientras esperan la CBP One. La COMAR, es un organismo intersecretarial (Secretaría de Gobernación, de Relaciones Exteriores y del Trabajo y Previsión Social) de carácter permanente, creada por Decreto Presidencial el 22 de julio de 1980, con el propósito de dar atención a la población refugiada en nuestro país. Tarda entre 45 y 100 días en resolver la solicitud de refugio.
La CBP One, es una aplicación móvil que permite a los extranjeros con alguna vulnerabilidad en México solicitar una cita de presentación en Estados Unidos para pedir asilo en ese país; a través de esta herramienta se pretende organizar el caos en la frontera y eliminar a los polleros en el proceso. Se batalla para conseguir la esperada cita por cuestiones de conectividad o saturación de red, lo que ocasiona que las personas vivan en condiciones precarias o en albergues como Casa Indi, Casa Nicolás o Casa Monarca, los tres espacios en Nuevo León de los 120 que hay en México.
El padre Felipe señala que pensar en una solución para la migración demanda de "comunión, unidad y participación" entre gobierno, las ONG´s, iglesia y comunidad.
"Es un fenómeno complejo", señala Luis Eduardo Zavala, fundador de Casa Monarca en 2015, espacio ubicado en Santa Catarina y que alberga a 120 personas migrantes en promedio. De una manera organizada ofrece orientación para las personas refugiadas en México quienes con el apoyo de la Secretaría de Igualdad e Inclusión solicitan empleo y reciben educación para sus hijos.
El padre Zavala quien también es Doctor en Derecho Internacional por la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma, Italia, expresa que es indispensable entender la dinámica de la migración, con más empatía y más compasión, para hacerla segura, ordenada y regular. El trasfondo es una violación a la dignidad humana, "hasta que se haga costumbre (respetar la dignidad) se podrá resolver" expresa.
México es origen, tránsito, refugio y destino migrante, también es retorno. Durante el tránsito a Estados Unidos, los migrantes se enfrentan a situaciones extremas de violencia y extorsión. En Nuevo León hay mucha generosidad, pero también mucha discriminación, mucha xenofobia, expresa el Padre Zavala.
Para el sacerdote y arquitecto Luis Eduardo Villarreal Ríos, fundador de CasaNicolás, espacio creado en el 2002, durante el trayecto en México los migrantes se encuentran con autoridades corruptas y el crimen organizado y al llegar, con empleadores voraces que abusan de la necesidad.
La migración forzada se explica por los gobiernos fallidos, políticas públicas deficientes, pobreza y violencia en los países de origen.
Se necesita "tener en el radar el dolor humano" de la migración señaló el padre Villarreal Ríos.
¿Cómo ayudar? Para empezar, que visiten los albergues, coincidieron los padres, para que dialoguen con las personas migrantes, colaboradores y voluntarios y puedan conocer la realidad en la que viven.
Faltan manos y abrir corazones para atender las necesidades de los tres espacios que albergan a personas migrantes.
Felicidades a la U-ERRE que en la pasada edición 2023 del Premio Valor Regiomontano otorgó este reconocimiento a los sacerdotes.
Leticia Treviño es académica con especialidad en educación, comunicación y temas sociales, leticiatrevino3@gmail.com