México-EU, vecinos para siempre

Las relaciones entre México y Estados Unidos distan de depender de las espaciadas y protocolarias reuniones de los mandatarios en turno de ambas naciones

Las relaciones entre México y Estados Unidos distan de depender de las espaciadas y protocolarias reuniones de los mandatarios en turno de ambas naciones, no obstante, la empatía y la emoción discursiva enfatizando que “somos amigous”, nos supone parejos, nada de que somos el traspatio del vecino del norte. 

La segunda visita de López Obrador a la Casa Blanca de Biden careció de los resultados concretos por él previstos. Tras el breve y conciso discurso del presidente anfitrión, AMLO se extendió por más de media hora, prologando un didáctico soliloquio con pasajes históricos de Estados Unidos y del programa “braceros”, para luego exponer un plan de trabajo binacional, no sin antes advertir a su interlocutor, a 13 minutos de concluir: "Señor Biden, ya estoy por terminar”. A la petición de AMLO de otorgar visas temporales de trabajo para regular el flujo migratorio y dar certidumbre a los migrantes mexicanos que de tiempo atrás trabajan honradamente y contribuyen al desarrollo de Estados Unidos, Biden respondió a su homólogo solicitando “paciencia" para poder atender conjuntamente el creciente flujo migratorio.

El párrafo siguiente provocó una enigmática sonrisa a Biden: “Se que sus adversarios los conservadores van a pegar el grito en el cielo, pero sin un programa atrevido de desarrollo y bienestar no será posible resolver los problemas: Frente a la crisis la salida no está en el conservadurismo sino en la transformación”. AMLO ofreció duplicar la producción de gasolina en nuestra frontera con E.U. para que los estadounidenses puedan cargar gasolina -subsidiada- más barata.

Asimismo, se pone a disposición del gobierno de EU más de mil kilómetros de gasoducto en la frontera para generar hasta 750 megawats de energía eléctrica en beneficio de 3 millones de habitantes de Texas, Nuevo México, Arizona y California. Adicionalmente AMLO planteó eliminar aranceles, medidas reglamentarias y trámites tediosos en alimentos y otros bienes, iniciando un plan bilateral de inversión mixta que fortalezcan a ambos países, evitando importaciones de otras naciones.

López Obrador afirmó que se había asumido que “China sería la fábrica del mundo”, lo cual provocó la disminución de la capacidad productiva de Norteamérica, por lo que exhortó a Washington a incrementar su producción. Biden refutó: “En el tema de China nosotros producimos más productos agrícolas” agregando que su gobierno ha creado empleos sin precedente, aumentado sueldos, logrando ser el país con menor -no es cierto- inflación. 

Coincidiendo con la reunión de los presidentes en la Oficina Oval, una decena de influyentes senadores demócratas y republicanos criticaron la violencia ejercida contra los periodistas, así como las condiciones económicas y de seguridad imperantes en México, firmando una resolución que será presentada en el pleno, urgiendo al gobierno de López Obrador a resolver la situación y al de Biden a tomar ”medidas significativas para defender los intereses económicos de EU en México y la integridad del T-MEC”. Adicionalmente denunciaron al gobierno de AMLO por haber suspendido los permisos de importación a más de 80 empresas energéticas.  

La simpatía del Congreso estadounidense hacia el gobierno mexicano es determinante en nuestras relaciones bilaterales, hubiera sido acertado que AMLO cabildeara en el Capitolio y limara entre otros desacuerdos las asperezas suscitadas alrededor de su inasistencia a la pasada Cumbre de las Américas.