Los primeros 100 días de Sheinbaum

La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana tendrá un rol más que protagónico

Tras la aprobación de la polémica Reforma Judicial y la muy cercana toma de protesta de Claudia Sheinbaum, lo que ahora llama la atención de todos son los primeros 100 días de gobierno de la primera presidenta de México. ¿Habrá crisis económica, política o social?

A diferencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, su sucesora Claudia Sheinbaum tiene una formación científica, por lo que más allá de una narrativa que reinterprete la realidad nacional con enfoque de persuasión hacia las clases más desprotegidas, la presidenta electa está consciente de que requerirá de manera inmediata resultados.

Las prioridades en este programa empiezan por los temas de seguridad y salud, a los que se suman los asuntos financieros y de presupuesto, además de los relacionados con la lucha contra la corrupción.

En el primer caso, se enfrenta a una cruel y violenta realidad, con un saldo de casi 200 mil homicidios dolosos en lo que va del sexenio y más de 100 mil desaparecidos, por lo que la apuesta será la coordinación entre las fuerzas civiles y el Ejército, y entre las corporaciones mexicanas y las agencias de los Estados Unidos.

La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana tendrá un rol más que protagónico, además de una mayor inversión en capacitación de personal y equipo de inteligencia, con tecnología proveniente de Israel.

El titular del ramo, Omar García Harfuch, aprovechará su buena relación con el nuevo encargado de Sedena, el General de División Ricardo Trevilla, para incorporar en la estrategia de seguridad su experiencia en el combate a los criminales, además de que participará activamente en las decisiones.

Los programas de atención a las causas de la violencia serán una prioridad, aunque en los primeros tres meses de gobierno se asegura que irán por un "pez gordo" del crimen organizado.

El objetivo es reducir la cifra de homicidios diarios a un rango que no se aleje de los 50 casos. En el sexenio de López Obrador hubo muchas etapas en las que ese promedio rozaba los 100 homicidios. Lo que sí terminará por abandonarse es el proyecto de las mesas de pacificación, en las que debió haber tenido amplia participación la Iglesia, que ahora es una férrea crítica de la política de los "abrazos no balazos".

En el sector salud las cosas lucen más complicadas, simple y sencillamente porque en materia de medicamentos para principios del siguiente año se augura una grave crisis de desabasto, mayor a la que se experimentó en los tiempos de López Obrador.

No será responsabilidad de Sheinbaum, pero tampoco podrá meter las manos para solucionarlo, pues el origen del problema es que el sistema de salud no realizó las compras necesarias para garantizar el inventario del año 2025. El responsable del asunto era Birmex de Jens Pedro Lohmann, que no ejerció adecuadamente los 5 mil millones de dólares que tiene para comprar insumos médicos.

En el asunto financiero, el equipo de Sheinbaum deberá apostar por la austeridad en la planeación del presupuesto, sobre todo si quiere cumplir con la meta de reducir el déficit fiscal de 5.4 por lo menos al 3%.

Hablamos de la necesidad de recortar unos 700 mil millones de pesos, cerca de una tercera parte de lo que absorben los programas sociales; aun así, la presidenta electa se mantiene en la idea de sumar en sus primeros 100 días tres programas más: el apoyo a mujeres de 60 a 64 años, la beca universal para niños y el programa preventivo de salud "casa por casa".

Por último, en el tema de la lucha contra la corrupción se analiza la posibilidad, como en los viejos tiempos priistas, de dar un golpe de legitimidad para llevar a proceso judicial a alguno de los funcionarios de la administración de López Obrador cuyas irregularidades sean más que evidentes. La encargada de este "golpe" será la próxima titular de la Función Pública, Raquel Buenrostro, y el expediente que más se antoja para echar a la hoguera es el del exdirector de Segalmex, Ignacio Ovalle. Ya se verá.

Posdata 1

La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, finalmente se decantó por Antonio Martínez Dagnino para la jefatura del SAT. El 4 de septiembre escribí que el presidente Andrés Manuel López Obrador recomendó a Sheinbaum mantener a Martínez Dagnino como el encargado de la recaudación fiscal del país. Y si bien el amigo de los hijos del Presidente, los hermanos López Beltrán, ha hecho un buen trabajo en materia de recaudación, con un récord de 21 billones de pesos, Sheinbaum no estaba seguro de ratificarlo, aunque desde entonces la mayoría de las fuentes consultadas aseguran que así sería: Martínez Dagnino pasó los filtros para convertirse en un funcionario transexenal.

No obstante, en la oficina del secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, también transexenal, comenzó el proceso de reforma al Reglamento Interior con el cual se busca restituir la Subsecretaría de Ingresos, desaparecida con el gobierno del presidente López Obrador.

La propuesta es impulsada directamente por Ramírez de la O, aunque el trabajo técnico está bajo la responsabilidad del actual jefe de la Unidad de Coordinación con Entidades Federativas de la Secretaría de Hacienda, Fernando Baca Rivera, quien es a su vez candidato para ocupar la posición de encargado de los Ingresos de la Federación, que tuvo alguna vez Arturo Herrera.

Posdata 2

En el reacomodo de fuerzas y posiciones de los principales cuadros de la 4T, uno que salta a escena es el diputado federal Carlos Candelaria. El operador de Marcelo Ebrard se apresta a pedir licencia para irse a la Secretaría de Economía, luego de su labor en la Dirección General de Pasaportes de la Secretaría de Relaciones Exteriores. También ha trascendido que la jefa de Gobierno electa, Clara Brugada, lo quiere en su gabinete ampliado. Se dice que tiene al menos dos ofertas. Ya veremos.

Posdata 3

David Aguilar Romero concluyó su gestión al frente de la Profeco sin mayores contratiempos, luego de que la Secretaría de la Función Pública emitió un oficio en el que determinó que ni el titular ni otros funcionarios incurrieron en alguna falta administrativa.

El proceso fue gestionado por el Órgano Interno de Control en la Profeco, el cual informó que siguió los lineamientos de atención e investigación de denuncias y determinó que las acusaciones sobre supuesto hostigamiento contra funcionarias de la institución carecían de fundamento.

@MarioMal