La andanada de renuncias en el gabinete y en otros cargos políticos y de gobierno, que vendrán en los siguientes días, una vez que se defina mañana el método y las reglas del proceso interno para la candidatura presidencial de Morena, provocarán una serie de enroques y movimientos que tiene que decidir el Presidente, pero también la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Y a unos días de que se produzcan varias salidas, la designación de los sustitutos están resultando muy complicadas tanto para Palacio Nacional como para el Palacio del Ayuntamiento.
En la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México es donde aún hay más reticencias por parte de Sheinbaum para presentar su renuncia en los siguientes días y nos aseguran que ella no renunciará la siguiente semana, sino a partir del 16 de junio. Pero al final, como fue un acuerdo que todas las corcholatas hicieron con el Presidente en la cena del pasado lunes, la doctora tendrá que cumplirla. Lo que se le está complicando es que, de acuerdo a lo que ordena la Constitución Política de la CDMX, ante la ausencia temporal o definitiva de quien ocupe la Jefatura de Gobierno, a partir del segundo año de gobierno le corresponde al titular de la Secretaría de Gobierno convertirse en el Jefe de Gobierno sustituto.
Es decir, que si Claudia Sheinbaum renuncia o pide licencia al cargo para participar en el proceso interno de Morena, le corresponde a Martí Batres asumir el cargo de manera temporal si la licencia es de ese carácter o de plano como Jefe de Gobierno sustituto, si se convirtiera en una renuncia definitiva en caso de que la doctora resulte electa candidata presidencial de Morena. El problema en estos momentos es que ni en Palacio Nacional el Presidente, ni en la oficina de Sheinbaum confían en Batres para hacerse cargo del gobierno de la ciudad y están buscando formas legales de evitar su llegada a la Jefatura, y promover como Jefa de Gobierno sustituta a la tabasqueña Luz Elena González Escobar, secretaria de Administración y Finanzas del gobierno capitalino.
En donde ya se está definiendo la sustitución, a partir de que ya hizo oficial su renuncia a partir del próximo lunes el canciller Marcelo Ebrard, es en la Secretaría de Relaciones Exteriores. Hasta ayer los nombres más fuertes que se barajaban para suceder a Ebrard eran los de Juan Ramón de la Fuente, actual embajador ante la ONU, cuya designación sería un guiño para el grupo de la UNAM; Esteban Moctezuma Barragán, a quien traerían de la embajada de Washington, porque ya lo conocen los estadounidenses y también se leería como un guiño a su exjefe, el empresario Ricardo Salinas Pliego; y Roberto Velasco, director para América del Norte, hombre de confianza de Marcelo y a quien también los estadounidenses conocen muy bien y lo aprobarían porque ha participado en prácticamente todas las negociaciones con el actual gobierno, además de que su nombramiento tendría el sentido de un relevo generacional en la SRE.
Otros nombres que surgieron como posibles en los análisis de Palacio Nacional, pero que se descartan por diferentes razones fueron el de Maximiliano Reyes, subsecretario para América Latina y El Caribe, quien quedó muy mal ante el Presidente tras el escándalo de sus vínculos con el empresario Joaquín Leal, en la trama de entrega de alimentos por Petróleo entre México y Venezuela; la subsecretaria Carmen Moreno Toscano, quien a pesar de su experiencia diplomática se le ve ya de edad avanzada para las necesidades del cargo; y el senador y presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Héctor Vasconcelos, quien también por su edad y porque él mismo ha dicho que no le interesa, también se le descarta.
El Presidente está analizando todas sus opciones, bajo la lógica de que, a quien designe como nuevo titular de Relaciones Exteriores se quedará en el cargo hasta que termine el sexenio en septiembre del próximo año, y en caso de que para el lunes López Obrador no tuviera aún tomada su decisión, la subsecretaria Moreno Toscano asumiría como encargada de despacho a partir del primer minuto del lunes en que se hace efectiva la renuncia de Ebrard y hasta que el Presidente decida el nombramiento.
En el caso de Gobernación también la decisión de quien sustituirá a Adán Augusto López ha resultado difícil para el Presidente, tanto que en un principio hasta se barajó la posibilidad de que el tabasqueño se quedara en Bucareli y no participara en el proceso interno de Morena, aunque al final el Presidente, tal y como lo dijo en su mañanera del jueves, decidió dejar en libertad a su paisano para buscar su aspiración presidencial. En la Secretaría se escuchan los nombres de Rosa Icela Rodríguez y Alejandro Encinas, en ese orden, como posibles sustitutos. El problema en el caso de Rosa Icela son sus aspiraciones para la Jefatura de Gobierno, a las que renunciaría en caso de ser nombrada por el Presidente, pues según lo dicho por el mismo mandatario, su nombramiento sería para que terminarán el sexenio con él.
Sobre Alejandro Encinas también va para ocupar el despacho principal de Bucareli, lo que hace dudar al Presidente es su mala relación con el Ejército por las acusaciones contra militares en el caso Ayotzinapa, un elemento que opera en su contra, porque la coordinación entre Segob y Sedena es parte fundamental de la estrategia de seguridad. En todo caso, el Presidente tendrá tiempo para decidir porque, según nos dicen, Adán también esperará hasta cobrar la quincena para presentar su renuncia, es decir, después del 15 de junio.
En el caso del Senado, donde Ricardo Monreal renunciará a la coordinación parlamentaria de Morena, la próxima semana, el Presidente también ha intervenido para acordar con el zacatecano el nombre de su sustituto. Para eso fue la presencia de Monreal el jueves al mediodía en Palacio Nacional, en donde habló con López Obrador de los nombres para el liderazgo de la bancada oficial. Higinio Martínez y César Cravioto son los dos nombres que más suenan para liderar a Morena en el Senado. Al primero le darían un premio por haberse disciplinado en el Estado de México y si fuera Cravioto —al que prácticamente ya dan por hecho en la bancada como nuevo coordinador con el apoyo de al menos 40 senadores morenistas— significaría que el control del grupo senatorial quedará en el grupo de Claudia Sheinbaum.
Pronto sabremos las decisiones, nombramientos y enroques que tome el Presidente, a quien más que los nombramientos, que de cualquier manera los resolverá, lo que más le preocupa es que no haya una fractura entre sus corcholatas, porque al final el arranque anticipado de Marcelo Ebrard con su renuncia primero que todos, sí metió ruido y tensión, más de la que ya existía, para la frágil unidad de Morena. Y es que López Obrador tiene muy claro que si su movimiento se divide y hay un rompimiento, perdería la Presidencia de la República y con ella todos sus sueños de continuidad y maximato transexenal.