"Nos quedamos en Nuevo León, porque Nuevo León es prioridad", dijo Samuel Garcia en un acto político transmitido en vivo a través de redes sociales. Sin embargo hace dos semanas, cuando solicitó licencia para dejar la gubernatura, luego de apenas dos años en el cargo, no parecía que el estado encabezara sus prioridades. Por encima estaba el proyecto de convertirse en candidato a la Presidencia del país por Movimiento Ciudadano, mismo que se vino abajo por las dificultades con que se topó para dejar a un sucesor que fuera de su equipo. El plan era seguir gobernando el estado a través de su secretario de Gobierno, Javier Navarro. Sin embargo, el congreso estatal, conformado por una mayoría del PRI y el PAN, nombró como gobernador interino al vicefiscal Luis Enrique Orozco.
Ante eso, vino la decisión de recular. Samuel García aseguró que el PRI, el PAN y sus dirigentes nacionales quisieron chantajearlo. Dijo que le pidieron mucho dinero del presupuesto 2024, además del control de la Fiscalía estatal y la Auditoría local. Enfatizó que no dejaría a su estado en manos del "PRIAN" y por eso decidió regresar. El problema es que hay ahora una serie de disposiciones legales que complican su reincorporación a la gubernatura.
Nuevo León inicia la semana con dos gobernadores y Movimiento Ciudadano sin candidato a la Presidencia. Al dirigente de ese partido, Dante Delgado, se le complicó aún más el escenario. Ya de por sí venía enfrentando una creciente división entre sus militantes por la decisión de ir solos en la boleta electoral. Ahora tiene que encontrar un candidato para esa aventura que tendrá entre sus principales efectos el dividir a la oposición.
Samuel García, por su parte, ha empezado a construir desde ahora su plataforma para buscar la Presidencia dentro de seis años. "Cuando México tenga un presidente regio, vamos a despegar. Crecimos mucho en diez días, pero nos vemos en 2030".
La lógica indica que esa era la intención desde un principio. Él sabía que en esta elección no tenía posibilidades de llegar "a la grande", pero la campaña le daría una notoriedad nacional muy útil para sus aspiraciones futuras. No era un mal cálculo. Sin embargo, desestimó la fuerza de sus rivales locales.
Si Samuel García se convierte en candidato en la elección presidencial de 2030, tendrá que construir una nueva narrativa. Ya desde hoy hablar de la vieja política en referencia al "PRIAN" tiene un impacto diferente en Nuevo León que en el resto del país. Ese discurso lo llevó hasta la gubernatura en un estado en el que han buscado alternativas a los partidos que ahí se consideran "los de siempre".
Eso le funcionó localmente hace dos años. A nivel nacional y en el tan lejano 2030, no podrá seguir usando ese discurso que se parece tanto al de Morena. Por lo menos no si aún pretende postularse como el candidato antisistema.