Es cada día más frecuente que los encabezados de los periódicos anuncien la muerte de una mujer con los signos característicos de una ejecución ordenada por algún cártel del narcotráfico. O la mujer no pagó o delató. Esas son las dos causas por las que las organizaciones criminales asesinan, a través de sus gatilleros a sueldo.
Un claroscuro. No se sabe bien a bien de acuerdo con estadísticas de las corporaciones policiacas o militares, cuántas mujeres se dedican al negocio del narcotráfico, ya sea como vendedoras, gatilleras, transportadoras. Tampoco se sabe o, más bien, no se ha dado a conocer el escalafón o el grado de importancia en que se encuentran las mujeres dentro de los diferentes cárteles de la droga. Pero de que las hay, las hay. Todavía estremece el caso de La Pelirroja colgada de un puente después de ser torturada.
Pero hay otro tipo de mujeres: las esposas de los narcos. No es un mundo de hombres. Las mujeres de los narcos también son poderosas. Aunque dependen de sus esposos. Al caer en desgracia el narco, las mujeres (esposas, hijas, sobrinas, amigas) continúan con el negocio. Y pueden ser más sádicas y violentas que los mismos hombres.
Y los narcos tienen esposa, a la cual respetan, cuidan y llenan de lujos, pero no son las únicas. Tienen otras mujeres. Y dentro de la cultura machista del narco, impregnada de ignorancia y violencia, las mujeres más bellas y populares, son buscadas, como adorno. Y ellas se dejan seducir. Y se ven colmadas de joyas, propiedades, dólares, autos lujosos. Más que las mismas esposas.
Las artistas. Las que andan en la farándula, por lo general son pésimas actrices o cantantes, pero amantes del lujo y la frivolidad. Ninel Conde fue querida de Arturo Beltrán Leyva, el poderoso y temido líder del Cartel de Sinaloa. La colmó de residencias, joyas y automóviles de lujo. Ella estaba casada. Y Arturo, antes de ser asesinado, se cansó de Ninel Conde y se relacionó con Galilea Montijo, otra estrellita de la farándula. Lo mismo, a cambio de los favores de su cuerpo, recibió dólares, mansiones y joyas.
Anabel Hernández, es una valiente periodista que se ha distinguido por trabajos de investigación en torno a las redes del narcotráfico en México. Es autora de libros como El Traidor, Los señores del narco, La verdadera noche de Iguala y más recientemente Emma y las otras señoras del narco, de donde se desprende la información consignada.
La ex Miss Universo Alicia Machado, venezolana de origen, siempre con problemas económicos, fue amante del peligro narcotraficante Gerardo Alvarez Vázquez, más conocido como El Indio, precursor del tráfico de drogas sintéticas a Estados Unidos, país en el que está recluido de por vida. Machado se benefició de esa relación. Ahora su patrimonio dista muchísimo de aquellos problemas económicos que tenía antes de conocer a El Indio.
Arleth Terán es otra actriz de Televisa que se relacionó con los capos. Ella fue amante de Edgar Valdez Villarreal, mejor conocido como La Barbie, uno de los capos de la droga más sanguinarios y siniestros, amante de las fiestas y los antros. Las cantantes Marcela Rubiales y Soyla Flor, fueron otras artistas que se vieron involucradas con los narcos. Desde Félix Gallardo y Rafael Caro Quintero, hasta los de ahora, los narcos consiguen estrellas del espectáculo porque eso los hace poderosos.
Las estrellas del espectáculo lo aceptan porque aumentan sus ingresos económicos.