A través de los tiempos, desde la sociedad primitiva hasta la actual, la perpetuación de la especie humana es el rol que biológica e históricamente desempeña la madre, el cual sigue presente y vigente.
Ser madre es un rol inherente de la mujer dadora de vida, que mediante la reproducción, la protección y el cuidado de hijos e hijas ha sido capaz de lograr la supervivencia de nuestra especie.
Conmemorar el tradicional Día de la Madre, más allá de lo comercial, social, político, cultural y religioso, es reconocer el valor filial y el amor que merece e inspira la progenitora de una vida humana y la crianza del recién nacido, tarea donde el padre debe corresponsabilizarse cada vez más.
A partir de la concepción y durante el periodo de gestación, nuestra Constitución contempla derechos de maternidad para las madres trabajadoras, que implican prestaciones sociales a través de los servicios de guardería y facilidades laborales para atender a su hijo o hija en caso de enfermedad.
El derecho a decidir de manera libre y responsable sobre el número y espaciamiento de hijas e hijos y el derecho a la protección de la salud (Artículo Cuarto Constitucional), conlleva también que el Estado cuente con las condiciones humanas necesarias y médicas profesionales, ya sea en hospitales urbanos o clínicas rurales, para atender debidamente al binomio mamá-bebé.
Si bien México ha suscrito acuerdos internacionales sobre maternidad y se ha avanzado en la legislación secundaria en la materia, en Nuevo León hemos impulsado iniciativas para fortalecer los derechos maternales:
1.- Ley para la Protección, Apoyo y Promoción de la Lactancia Materna: Publicada en el Periódico Oficial del Estado el 20 de enero del 2016, con objeto de proteger, apoyar y promover la lactancia materna, como responsabilidad de madres, padres, tutores o quienes ejerzan la patria potestad, así como prácticas adecuadas de alimentación que garanticen su salud y óptimo desarrollo.
2.- Ley de Protección al Parto Humanizado y a la Maternidad Digna: Promulgada el 20 de noviembre del 2019, con el objeto de garantizar y proteger los derechos de la mujer en las etapas del embarazo, parto y puerperio, así como los derechos de niñas y niños desde la gestación, el nacimiento y la crianza durante primera infancia.
3.- Reforma a la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia: Expedida el 27 de noviembre de 2019, para establecer la Violencia Obstétrica como toda conducta u omisión por parte del personal de salud que cause la pérdida de autonomía y capacidad de la mujer para decidir libremente sobre su parto y sexualidad, que la dañe, lastime o denigre durante el embarazo, parto o puerperio, le genere afectación física, psicológica, moral o provoque la pérdida de la vida o del producto de la gestación o del recién nacido.
4.- Ley que crea la Escuela para Padres, Madres o quienes ejerzan la Tutela, Guarda o Custodia: Publicada el 23 de abril del 2021 y cuyo objeto es establecer un mecanismo para capacitar a padres, madres o quienes ejerzan la tutela, guarda o custodia de niñas, niños y adolescentes, con el fin de lograr el desarrollo familiar y brindar mayor atención en la responsabilidad de cuidar, proveer, conocer, disciplinar e instruirlos de manera adecuada.
Cabe referir que el servicio de guarda-custodia para hijos e hijas de madres trabajadoras surgió en 1837 en el Mercado del Volador (El Zócalo), donde el Emperador Maximiliano creó la Casa de Maternidad en 1865, bajo la protección de la Emperatriz Carlota. A partir de ahí, el Estado ha venido construyendo un sistema nacional de guarderías y estancias, siendo los Centros de Desarrollo Infantil (los CENDI) del Frente Popular ´Tierra y Libertad´, desde 1990, un modelo educación y atención para niños y niñas de 45 días de nacidos a seis años de edad, en condición de vulnerabilidad y de madres que trabajan.
Demostradamente las mujeres que más trabajan son las madres. Así lo confirma la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE 2022). Sin embargo, hay que señalar que entre menos preparación tenga la madre trabajadora más hijos tiene y gana menos, a diferencia de quien posee mayor preparación tiene menos hijos y gana más. Según la Encuesta, la madre que trabaja en la economía formal gana hasta seis salarios mínimos y tiene dos hijos, mientras que en el mercado informal gana dos salarios y tienen hasta seis hijos.
¡Reconozcamos y felicitemos a todas las madres que trabajan para empoderarse y mejorar la calidad de vida de sus hijos, hijas y familia!