La infraestructura necesaria: Acceso seguro al agua

El recuerdo de la crisis del agua de hace tres años, 2022, está aún reciente, pero no hay que olvidar que no ha sido la primera

Si recordamos, uno de los debates más encendidos cuando se anunció la hoy desechada inversión de Tesla en la entidad, fue el uso del agua que tendría dicha empresa, se suponía que sería mayormente líquido reciclado, tratado para el efecto, aunque nunca quedó claro y después de que se descartó la inversión ya ni siquiera se continuó con un debate que deberíamos resolver de una u otra forma.

Porque las inversiones necesarias para gran parte de las empresas del nuevo milenio requieren de agua, entre otras razones, para enfriar su maquinaria y en general para los usos que se requieren en toda empresa.

El recuerdo de la crisis del agua de hace tres años, 2022, está aún reciente, pero no hay que olvidar que no ha sido la primera y seguramente tampoco será la última ocasión en que nuestro estado, principalmente la región del AMM, se ve afectado por este tipo de fenómenos, recordemos que si bien no estamos propiamente en el desierto, sí vivimos en una región semidesértica en la cual las sequías son recurrentes.

El problema es que se han construido presas que van simplemente enviando para más adelante el problema del abasto de agua, el cual, debido al crecimiento poblacional del AMM, se agudiza con los años, por lo que se requiere una solución de largo plazo, como sería traer agua del río Pánuco, una propuesta que viene desde hace muchos años y que se intentó materializar durante el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto pero que, por diferentes motivos, no se concretó.

Es muy probable que la generación de una buena infraestructura para recoger el agua que se precipita en las distintas zonas del AMM, pueda constituir un buen avance, pero solamente por lo que respecta al consumo humano, no así con el industrial, pero hasta ahora no se ha avanzado en este sentido.

Continuar con medidas paliativas que, cuando mucho, insistimos, podrán abastecer de agua para el consumo humano del AMM, no deja espacio para que también las empresas tengan acceso al líquido necesario para sus operaciones.

De ahí que se deban tomar decisiones de largo aliento como la señalada más arriba.

Es cierto que una inversión de ese tamaño no puede ser financiada exclusivamente por el gobierno estatal, sin embargo, es este, consideramos, quien debe buscar cuáles son las alternativas a su alcance para que se pueda llevar a cabo este tipo de obras.

Mientras no se asegure este abasto indispensable, difícilmente podremos pensar en que las inversiones correspondientes a la economía del nuevo milenio vendrán a Nuevo León, continuaremos con el sector secundario de la economía y rezagándonos con relación al resto del país, o al menos de los estados que están empujando hacia el sector terciario.

Tengamos claro que, en este caso, no avanzar es retroceder, que si no logramos atraer o impulsar inversiones locales en ese rubro, Nuevo León irá perdiendo relevancia en el ámbito nacional e internacional. Dejaremos de ser un estado de vanguardia.

Precisamente por eso pensamos que el estado requiere de un liderazgo que vaya en ese sentido, y el próximo 2027 tendremos la oportunidad de elegir ese tipo de líder.