La felicidad en tiempos del Covid-19

Así es como Víktor Frankl, neurólogo, psiquiatra y filósofo austríaco, describe la felicidad.

“La felicidad es como una mariposa. Cuanto más la persigues, más huye. Pero si vuelves la atención hacia otras cosas, ella viene y suavemente se posa en tu hombro. La felicidad no es una posada en el camino, sino una forma de caminar por la vida”.

Así es como Víktor Frankl, neurólogo, psiquiatra y filósofo austríaco,  describe la felicidad.

Sobreviviente en varios campos de concentración nazis, Frankl es autor de un libro que sin duda me ha cambiado la vida “El hombre en busca de sentido”.

A su paso por la terrible vivencia del holocausto, Frankl, en medio de su dolor estaba consciente de que tenía una tarea en la vida: ayudar a los demás a encontrarle un motivo, una meta a su vida.

Cada 20 de marzo, desde el año de 2013, la ONU celebra el Día Internacional de la Felicidad para reconocer la importancia del bienestar y felicidad en la humanidad y la necesidad de que tomen relevancia como objetivos en las políticas de gobierno.

Esta fecha nace a sugerencia de Bután, un país que se encuentra en el Himalaya, en Asia.

Allí, la población es considerada una de las más felices del mundo debido al enfoque holístico de la vida y a la importancia que se le da al bienestar de las personas. En Bután consideran más importante la felicidad que el Producto Interior Bruto.

De acuerdo con el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la felicidad es “1. Estado de grata satisfacción espiritual y física. 2. Persona, situación, objeto o conjunto de ellos que contribuyen a hacer feliz. 3. Ausencia de inconvenientes o tropiezos”.

Es cierto, el momento actual no es necesariamente el más feliz de la humanidad debido a la pandemia del coronavirus; no obstante, existe un ranking elaborado por la Organización de las Naciones Unidas según el cual México ocupa la posición número 24 de un total de 153 países.

Finladia, Dinamarca y Suiza  encabezan  el listado; en contraparte, al fondo de la lista se encuentran Senegal, Guinea, Nigeria y Laos.

Entre los factores que la ONU toma en cuenta destacan: ingreso percápita,  apoyo social, esperanza de vida, libertad para tomar decisiones, generosidad y percepción de corrupción.

El reporte de la ONU explica que aunque en el caso de los países latinos no necesariamente se habla de un gran ingreso percápita, ni de los mejores empleos, mucho influye en la percepción el hecho de que algunas instituciones oficiales les acompañan creando entornos agradables.

Bajo mi óptica, esta acción no puede ser más que obra de los gobiernos municipales y la mejor prueba han sido contingencias derivadas de fenómenos naturales, el tema del transporte y más recientemente, la crisis epidemiológica del covid-19.

Pero como sucede con tantas fechas del calendario, considero que la felicidad no puede ser sólo de un día, es algo en lo que se trabaja y se construye a diario, es fijarnos metas, darle un sentido a nuestras vidas como dice Frankl.

Y más allá de un ranking y de no poder parecernos a naciones como Finlandia, Dinamarca o Suiza ¿cómo es posible ser felices en medio de la presente contingencia sanitaria donde los gobiernos federal y estatal se han visto lentos y rebasados por los municipios y la propia sociedad civil? Alejando pensamientos negativos y realizar actividades  en familia y muy especialmente, valorando la vida y cuanto nos rodea.

Recordando que la felicidad no proviene necesariamente de comprar, consumir o ser famoso, los actuales son momentos de ser solidarios con quienes menos tienen, apadrinar a abuelitos o gente sin empleo, apoyar la economía  local, tendiendo la mano al vecino.

Twitter: @Nelly_Cepeda