Corría el año de 1971, el activismo universitario y normalista crecía día a día. Su lucha se manifestaba contra la represión y el autoritarismo gubernamental, así como por las libertades, la democracia y la justicia.
Se pugnaba por una Universidad para los hijos del pueblo, el inalienable derecho a la educación conquistado por la Revolución Mexicana.
En el fragor de esas batallas destacan diferentes grupos y liderazgos estudiantiles. En la Preparatoria 1 participan muy activamente jóvenes comprometidos con el movimiento, entre ellos Asael Sepúlveda Martínez, Ricardo Cantú Garza, Armando Zurita Viera, Alejandro Ceniceros, Julián Ezequiel Reynoso, José Santos "La Birlocha" Ochoa y muchos otros
Más allá de los plenos, mítines, marchas, brigadas y movilizaciones en la explanada o "Plaza Roja" de Colegio Civil o en el Aula Magna, los jóvenes estudiantes asumieron el alto compromiso de solidarizarse con las luchas democráticas de sindicatos mineros, ferrocarrileros y obreros.
El punto de coincidencia entre los diversos grupos estudiantiles fue formar organizaciones autónomas que promovieran el cambio político, social y económico, tras las matanzas estudiantiles del 2 de octubre de 1968 y del 10 de junio de 1971, así como por el recrudecimiento del régimen antidemocrático, asesino, persecutor y represivo de agrupaciones obreras, campesinas, indígenas y urbano-populares. Muchos de los líderes estudiantiles, entre ellos Asael, replantearon el qué hacer.
Asael Sepúlveda junto con varios cientos de estudiantes, coincidieron en que la lucha estudiantil representaba una plataforma fundamental en la construcción de una nueva sociedad, más justa, más equitativa y más igualitaria y de bienestar para todos y todas.
Una sociedad que desterrara las formas violentas de responder del Estado a las demandas del pueblo, que eran acalladas con represión, cárcel, tortura y muerte en el campo y en la ciudad.
A invitación del profesor Alberto Anaya, catedrático de la Facultad de Trabajo Social de la UANL, Asael se suma al Movimiento Urbano Popular, del cual fue fundador en 1973. Así comienza otra etapa de lucha colectiva.
Este movimiento rompió con los esquemas reformistas, al plantearse ser una sólida base de apoyo a todos los movimientos democráticos y mediante un proceso a largo plazo construir la nueva sociedad.
Con ese espíritu revolucionario, Asael inicia sus estudios de Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Comunicación (1978 a 1982).
Su función profesional la ejerció con gran sentido social, al incorporarse al mundo de la información como reportero, jefe de producción, gerente de noticieros y conductor de programas informativos de Televisa Monterrey (1982 al 2000), en donde sería coordinador general del programa Foro del Canal 2, sin abandonar sus filias y brazo de izquierda.
Hizo equipo con el periodista Gilberto Marco, un personaje muy reconocido por dicho programa de debate, reflexión y crítica. Durante 20 años Asael lo acompañó, destacando por sus cualidades culturales e intelectuales.
Eran los años de cerrazón a la libertad de expresión y al pluralismo en la televisión mexicana. Así lo constatamos cuando Asael nos abrió la puerta para participar en el programa Foro al profesor Alberto Anaya y a mí en varias ocasiones. Esto ayudó a cambiar la imagen pública de nuestra lucha social.
Su trayectoria fue sobresaliendo, pero a la par de su compromiso social desde la escuela, desde la docencia, desde la comunicación, desde la función en la administración pública, desde la representación popular y desde los ámbitos sociales, donde era muy reconocido.
Su presencia ha sido fructífera al dejarnos un gran legado y una vida ejemplar, como un hombre ecuánime y conciliador, pero también como devoto esposo y padre de familia.
Adiós a nuestro entrañable amigo.
¡Hasta siempre compañero Asael!